Manuel , con más de 90 años, aún sigue realizando trabajos que requieren cierto esfuerzo. Una tarde de febrero, mientras paseo por Aldeadávila, llamado por los golpes, me acerco a una pequeña casa, con baja iluminación. Al verme, le saludo y se acerca. Le pregunto si le puedo fotografiar realizando su labor. Me permite acceder. Y, entre tanto, me cuenta, hacha en mano,que está despiezando palos de vides para la caldear la casa. En mitad de la conversación, rebuzna un burro (que será de los pocos que queden) que amablemente accede a enseñarme y a posar con él. Antes de irme, me ofrece un poco de vino hecho por él.