Tras un año sin vernos, el día 30 de diciembre de 2020 fui a visitar a mi abuela durante cuatro horas. El año que viene cumple 93 años y cada vez está más callada. Yo vivo en Madrid, ella en Cataluña. Cogí cinco trenes para verla, y me volví con una sonrisa de oreja a oreja. Quería recordarle mi sonrisa.