Forma parte de una serie en la que muestro a nuestros ancianos tan afectados en la pandemia. Para mí la vejez es vida, es todo lo hermoso. Cuando el humano es anciano vive sus días de una forma más acelerada, intentando disfrutar el día a día, pero en la mayoría de los casos despacito, ya que su cuerpo y su mente se ha ralentizado con los años. Son la memoria de lo vivido, pero a veces se nos olvida,este año tan duro ha hecho que muchos comprendan el valor que tiene.
Si ven mi web verán que llevo años fotografiando ancianos.Son retratos robados, no pactados aunque me miren, ya que estoy con una focal fija de 50 mm, muy cerca. Tras hacer la foto siempre he pedido permisos y he hablado con ellos.
Esta señora descansaba tras sus primeras salidas del confinamiento. Me contaba después lo feliz que era por estar viva y disfrutar del sol.