Introducción: La atención a una población que envejece de forma heterogénea presenta retos y oportunidades, ya que la edad cronológica por sí sola no es un factor predictivo sensible de la mortalidad y existe una variación considerable en la forma en que las personas mayores responden a la enfermedad y al trauma. 
A medida que la edad media de la población aumente en los próximos años, es probable que la comprensión y la gestión de la fragilidad constituyan un componente importante de las futuras estrategias de atención, en todo el mundo. 

Objetivos: Presentar los conocimientos sobre la fragilidad en las personas mayores. 

Material y métodos: Estudio descriptivo, basado en una revisión narrativa de las publicaciones originales publicadas desde enero de 2000 hasta septiembre de 2020. Búsqueda en las bases de datos: Medline, CINAHL, Embase, PsycINFO y Cochrane. Los términos de búsqueda utilizados fueron todas las palabras utilizadas indistintamente como descriptores de "fragilidad" y "envejecimiento". 

Resultados: La fragilidad representa un estado de mayor vulnerabilidad fisiológica, que se presenta de forma heterogénea, asociada a la edad cronológica y refleja cambios fisiológicos multisistémicos, con repercusiones en la capacidad adaptativa homeostática.  

Conclusiones: La identificación de la fragilidad para guiar las decisiones sobre las intervenciones para frenar su progresión y/o la derivación temprana a la comunidad y a los cuidados paliativos debe considerarse como la prestación de una atención de alta calidad, pero también como un ejercicio de reducción de costes, un sentido de equidad sanitaria y el deber de honestidad y fidelidad, importantes respuestas éticas a una demanda elevada, creciente y a veces inadecuada de intervenciones sanitarias.