10/05/2021

Por qué debemos invertir en el sector de la longevidad

Por qué debemos invertir en el sector de la longevidad - Envejecimiento, Economía

Aunque la esperanza de vida media ha aumentado, sigue existiendo una gran diferencia entre la duración de la vida y la duración de la salud, es decir, los años que una persona vive sin enfermedad. El aumento de las enfermedades no transmisibles, como el Alzheimer, las cardiopatías, la diabetes y la artrosis, significa que, para muchos, envejecer se considera con demasiada frecuencia un periodo de deterioro, no una oportunidad.

Imaginemos que la comunidad mundial centrara sus esfuerzos en preservar las dimensiones físicas, sociales y materiales que definen un envejecimiento saludable. El envejecimiento seguiría siendo inevitable, pero al acortar el declive que se produce cerca del final de la vida, podríamos maximizar el tiempo en que los individuos están física y mentalmente vigorosos, conectados y empoderados.

Minimizar esta brecha entre la duración de la salud y la duración de la vida podría producir beneficios obvios y casi universales. Con una fuerza de trabajo más vibrante, las empresas podrían ver aumentada su productividad, incluso limitando las obligaciones relacionadas con las pensiones y los pagos de jubilación. Y lo que es más importante, los individuos tendrían un propósito continuado al tiempo que conservarían su salud y su bienestar financiero. Los llamados "años dorados" serían realmente dorados.

El ideal del envejecimiento saludable

Una serie de fuerzas -la innovación tecnológica, la mejora de la analítica, la economía del comportamiento y el aumento del consumismo sanitario- están convergiendo para crear nuevas soluciones y servicios que hagan que el envejecimiento comprometido pase de ser un concepto teórico a una verdadera oportunidad de negocio.

Si los gobiernos, las empresas y los individuos quieren aprovechar las ventajas de la longevidad, necesitamos colaboraciones creativas diseñadas para sincronizar la duración de la salud con el aumento de nuestra vida. Estas colaboraciones deben combinar el pensamiento líder de las industrias minorista, financiera y tecnológica con los conocimientos técnicos de los titulares tradicionales de la salud y las ciencias de la vida y la escala de las organizaciones gubernamentales.

A nivel mundial, tenemos que unirnos para invertir no sólo en soluciones novedosas, sino también en metodologías que permitan que estas soluciones se prueben y desplieguen rápidamente en todo el mundo.

Dar el primer paso

Dada la complejidad de los problemas sanitarios actuales, no habrá una solución, sino muchas. Para lograr un mayor impacto, estas nuevas colaboraciones deben abarcar entidades públicas y privadas de diversos sectores, teniendo en cuenta una serie de factores: la comprensión de los perfiles de riesgo individuales, las diferencias regionales y culturales en la definición del envejecimiento saludable, las variaciones locales en la prestación de servicios sanitarios y los diferentes niveles de infraestructura y otros recursos.

Hay nuevos participantes en el sector del envejecimiento, algunos de ellos a través de servicios de salud o a domicilio. Las compañías de seguros y los grupos de gestión de evaluación de la riqueza ya están probando programas de pago que animan a las personas a invertir en una vida más larga. Ampliar esta mentalidad de "pagar para vivir" a las demás dimensiones del envejecimiento será un paso importante para abordar el bienestar físico y cognitivo, así como las necesidades de conexión social.

El énfasis actual en los servicios de conserjería tiene un sentido comercial estratégico. Los incentivos normativos y de reembolso actuales hacen que esos sean los modelos en los que es más probable que se pague. Para que sean transformadores, estos programas deben desplegarse entre las poblaciones de manera que sean culturalmente apropiados y satisfagan mejor las necesidades locales.

Además, es igualmente importante poner estos servicios a disposición de personas y familias con recursos limitados. Eso no sucederá sin la escala y el poder financiero de los gobiernos, que deben tener mecanismos para medir los beneficios de tales colaboraciones en relación con sus costes.

Pasar al siguiente nivel

En ausencia de la confianza y la buena fe que se derivan de una visión compartida, los diferentes incentivos de las partes interesadas pueden crear divisiones que desbaraten las asociaciones creativas. Unificados por una visión compartida, los diferentes grupos de interesados aportan habilidades o recursos únicos que crean nuevas oportunidades de negocio en formas de:

Innovación y nuevas tecnologías: Han surgido diversas tecnologías digitales y genéticas que permiten gestionar de forma rentable las enfermedades del envejecimiento. En el futuro, las innovaciones trasladarán el tratamiento al estado previo a la enfermedad.

Datos: Los datos serán fundamentales para demostrar el valor de las nuevas innovaciones. A medida que se puedan recopilar, combinar y analizar datos procedentes de diversas fuentes de forma novedosa, las empresas podrán demostrar a los consumidores y a otros pagadores el valor de una determinada innovación en relación con sus costes.

Capital: En muchos casos, el recurso más crítico es el capital que mitiga los riesgos financieros asociados a la adopción de una nueva tecnología. Cada vez más, los inversores interesados en financiar proyectos de gran impacto social pueden desempeñar un papel en el cierre de las brechas de financiación.

Despliegue en el mercado: Es imperativo que los socios eviten la fatiga. Con demasiada frecuencia, los pequeños experimentos no se amplían porque las organizaciones se atascan repitiendo lo que se ha hecho antes. Como se ha señalado anteriormente, las nuevas soluciones sólo serán transformadoras si se despliegan ampliamente.

Asociarse para el bienestar de toda la vida

Las asociaciones novedosas e intersectoriales en el ámbito de la longevidad saludable requieren tres elementos principales para construir una base sólida:

Métricas de envejecimiento saludable: Para hacer realidad el envejecimiento saludable, debe haber un compromiso para definir la salud óptima a nivel individual, aplicando los conceptos de la medicina de precisión al bienestar para crear una salud de precisión. Para ello es necesario desarrollar métricas de envejecimiento saludable basadas en datos genéticos y ambientales, así como en los objetivos de salud y la capacidad de decisión de los individuos. Los consorcios precompetitivos que comparten continuamente la información -y aprenden de ella- a lo largo del ciclo asistencial serán fundamentales para avanzar en el campo de la salud de precisión.

Inversión en infraestructuras: La explosión de datos, en cantidad, tipo y fuente, se está acelerando, pero muchos de ellos están amurallados. Los silos ayudan a preservar la propiedad intelectual (PI) y a mejorar la seguridad. Sin embargo, también limitan la capacidad de una empresa para innovar y participar en asociaciones creativas. Una infraestructura que apoye la recopilación de datos y el intercambio seguro y adecuado de la propiedad intelectual puede salvar las distancias entre las partes interesadas que no son socios tradicionales.

Participación de los gobiernos: Es esencial que los gobiernos desempeñen un papel clave en la creación de ecosistemas inclusivos para promover el bienestar a lo largo de la vida. Los gobiernos no sólo son los mayores pagadores en la mayoría de los países, sino que también tienen la capacidad de ampliar los proyectos exitosos a niveles que tengan un impacto en el mundo real. Además, dado que sus horizontes temporales son más largos que los ciclos empresariales típicos, los gobiernos pueden invertir en iniciativas que benefician al bien común pero que no producirán beneficios en el siguiente trimestre financiero.

Dar el siguiente paso: Ya han surgido varias colaboraciones interesantes entre sectores en el ámbito del envejecimiento. Las personas mayores y los enfermos crónicos ya participan en una serie de actividades de gran volumen, como las visitas a la sanidad y el cumplimiento de la medicación, que podrían mejorarse con soluciones desarrolladas conjuntamente por los actores tecnológicos y los proveedores de atención sanitaria.