Préstamo del alemán Apraxie, término acuñado en el lenguaje médico moderno en 1900 por el neurólogo alemán Hugo Karl Liepmann (1863-1925) tras la observación en un paciente de una apraxia lateral, y este, a su vez, del griego apraxía (ἀπραξία) 'inacción'.
En la apraxia el paciente es incapaz de realizar diversas actividades que con anterioridad podía llevar a cabo sin ningún problema, como por ejemplo, enhebrar una aguja, atarse los zapatos o regar los tiestos. Hay, pues, una pérdida de una o de varias funciones o habilidades previamente adquiridas.
Es una de las manifestaciones típicas de la enfermedad de Alzheimer en fases avanzadas.
Dependiendo de cómo se manifieste la apraxia y las dificultades que se produzcan en la práctica se habla de apraxia constructiva, apraxia lectora, apraxia ocular, etc.
«La primera vez que la vi (torpe, tosca, desmañada) la vi, mera o totalmente, como una víctima, una criatura rota, cuyos trastornos neurológicos yo podía determinar y analizar con precisión: una multitud de apraxias y agnosias, una masa de defectos, deficiencias sensoriomotrices, limitaciones de conceptos y esquemas intelectuales similares [...] a los de un niño de ocho años» (Sacks, 1970/1987: 226).
«Sin duda, Dani ha desarrollado "apraxia", por lo menos de momento, ya que le cuesta planificar lo que tiene que hacer en el día a día y seguir unos pasos para llevar a cabo una tarea compleja o varias tareas. Le cuesta elegir hasta la ropa que va a ponerse, le cuesta establecer el proceso mental para llevar a cabo una tarea como regar las plantas o ducharse, por ejemplo» (Mata, 2014: 56).
Imposibilidad para realizar acciones y tareas previamente aprendidas, por una causa orgánica o psíquica.