07/12/2018

Interior del interior, la frontera concentra los riesgos demográficos

Interior del interior, la frontera concentra los riesgos demográficos - Sociedad, Actualidad

Un estudio de consultores JPQ, supervisado ​​por la geógrafa Teresa Sá Marques, de la Universidad de Oporto, revela que los riesgos demográficos asociados con la ruptura de las tasas de fecundidad y el envejecimiento de la población son más marcadas en los territorios fronterizos de Portugal y España. El trabajo, realizado a petición de un consorcio de entidades de los dos países, apunta algunas medidas para reforzar el atractivo de estos territorios, pero sus autores asumen que, más que invertir el proceso demográfico -una "utopía" - hay que adaptar la economía local y nacional a un país con menos gente.

Es necesario devolver el patrimonio, pero antes hay que admitir el error de la colonización

En la semana en que Eurostat divulgaba un pronóstico que apunta a un escenario de reducción de una cuarta parte de la población que vive en Portugal durante los próximos 50 años, la imagen tomada por el equipo coordinado por José Paulo Queiroz en las costuras entre Portugal España muestra que las tendencias nacionales de disminución de la población, el envejecimiento, la disminución de los activos y la caída en las tasas de fertilidad tienen una expresión aún más preocupante en estas áreas que en otras zonas del interior de ambos países.

El estudio, que añade más información a los trabajos recientes que han abordado los problemas, y propuesto soluciones, para los llamados territorios de baja densidad, ha sido financiado por el Programa Europeo Interreg y solicitado por un consorcio que reúne a las Juntas de Galicia, Castilla y León y Extremadura, del lado español, y la Universidad de Oporto, la Comunidad Intermunicipal del Alto Minho y la Cámara de Braga, del equipo portugués. El equipo involucrado analizó información estadística y datos de prospectiva para las subregiones (NUT III) de Pontevedra, Ourense, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz y Huelva, todas de España, y Alto Minho, Cávado, Alto Támega, Duero, Tierras de Trás -os-Montes, Algarve, Beira, Beiras y Serra da Estrela, Baixo Alentejo, Alentejo y el Alentejo central, Portugal.

Uno de los elementos que sobresalen, desde luego, en este trabajo -que recurre mucha información estadística sobre los territorios de la Unión Europea- es la disparidad entre los dos lados. La frontera NUT III portuguesa vive el 22% de la población, unos 2,2 millones de personas, mientras que del lado español, y un territorio mucho más amplio, vive sólo el 7% de la población del país vecino, 3,1 millones. A escala europea, y de acuerdo con el séptimo informe de cohesión económica, social y territorial, en 2014, aproximadamente un tercio de la población vivía en regiones fronterizas terrestres.

En Europa, estas regiones fronterizas son responsables del 28% del total del producto interior bruto comunitario, pero a escala ibérica, aunque los datos no se señalan en este trabajo, los mapas sobre el peso del PIB regional muestran que el desarrollo se produce de forma asimétrica. En 2015, mientras que la metrópoli es claramente evidente, las zonas rurales, especialmente frontera entre Portugal y España, contribuyen poco al producto total bruto (PIB) de ambos países. En 2030, las disparidades territoriales se mantienen aunque eso significa, que hay una expectativa de aumento de la riqueza producida en estas zonas, con destaque para Trás-os-Montes, Baixo Alentejo y Badajoz. Lo que se estima, sin embargo, es que será insuficiente para disminuir la brecha existente.

Uno de los problemas conocidos de la economía de estas regiones es que está muy sostenida en actividades con gran exigencia de mano de obra, que va a escasear cada vez más. Al igual que el país, y a un ritmo peor que el resto del país, a causa de la migración de los más jóvenes, los territorios fronterizos tendrán un descenso notable de población activa, lo que, para la geógrafa e investigadora Teresa Sá Marques, supone varios desafíos. Y lo más importante de ellos es, desde luego, el de encontrar formas de garantizar calidad de vida a quien se queda.

Asumiendo que políticas de natalidad tendrán pocos o ningún efecto en territorios donde ya hay pocas mujeres en edad fértil, la académica que en los últimos años coordinó el Programa Nacional de Políticas de la Ordenación del Territorio refiere que hay que trabajar las condiciones de atractivo de estos espacios, garantizando servicios públicos y privados esenciales, movilidad y conectividad digital. "Tenemos que saber construir un futuro con menos gente y crear un discurso de desarrollo para un territorio con otros recursos", señala la geógrafa de la Universidad de Oporto.

En el debate con entidades vinculadas a las instituciones que encargó este estudio, surgió un abanico de propuestas, una parte de ellas ya puesta en práctica por algunos de los organismos que participaron en una encuesta. Algunas, como la descentralización de los servicios del Estado, van al encuentro de las reflexiones sobre el interior publicadas recientemente, pero, a petición del consorcio, se ha prestado atención a medidas que puedan mitigar las desigualdades de género, presentes en estos como en otros espacios de la península.

En este marco, el grupo destaca la necesidad de incrementar las ayudas a proyectos empresariales que promuevan el empleo de calidad, en particular en materia de conciliación del trabajo con la vida privada y de promoción de la igualdad de oportunidades (Planes de Igualdad, flexibilidad en la organización de los tiempos de trabajo, servicios de apoyo, etc.) y la contratación de trabajadores jóvenes. Se propone también la introducción o refuerzo de incentivos específicos a la contratación de trabajadores, en particular mujeres, que se encuentren en situación de desempleo o inactividad por maternidad, cuidado de niños u otros dependientes, violencia doméstica, etc.

También se defiende el desarrollo de programas de formación en lenguas y la promoción del bilingüismo, dirigidos especialmente a los públicos más jóvenes y la creación de programas transfronterizos de apoyo al espíritu empresarial y la creación del propio empleo, en particular femenino. Para ello piden también centros de servicios compartidos y de coworking, de ámbito transfronterizo, y el desarrollo del teletrabajo, como forma de atraer a los residentes. Algo que exige, señalan, el "refuerzo de las infraestructuras de telecomunicaciones".

Desde el punto de vista de la movilidad física, e incluso adivinando que las tecnologías pueden aproximar a los ciudadanos que viven en estos territorios de muchos servicios que se han ido perdiendo (como la salud, a través de la telemedicina), el grupo no deja de considerar urgente el desarrollo de nuevas soluciones en materia de transporte, para responder a una población cada vez mayor y que, a este respecto, tiene más dificultades. Y propone también el establecimiento de programas de reparto de servicios públicos y de utilización de equipos en zonas fronterizas.

Teniendo en cuenta el envejecimiento de la población, también se señalan medidas de apoyo a las organizaciones que prestan atención a los niños y las personas mayores y el desarrollo de un programa de apoyo a la creación y profundización de la acción y la cooperación entre las universidades para mayores, con ámbito transfronterizo, también. Muy vinculado a este aspecto del envejecimiento activo, se defiende la "promoción de soluciones para el apoyo a la vida independiente de las personas mayores, implicando la teleasistencia, los cuidados domiciliarios, los servicios de transporte y la formación".

Los autores de este trabajo insisten también en la necesidad de apoyar directamente a las personas y las familias. Por ejemplo, defienden la "creación de subsidios y otras formas de apoyo para el regreso y la fijación de familiares de personas de edad avanzada y dependientes que asuman funciones permanentes de cuidado, permitiendo el mantenimiento de la persona cuidada en su contexto doméstico y de vida, el acceso a la vivienda a un coste asequible y un programa específico de estímulo a la instalación de jóvenes empresarios y la creación de empresas en áreas de negocio "sostenible" (nuevos productos agrícolas, incluidos los productos de la agricultura ecológica, el turismo, los servicios de apoyo a las empresas, etc.).

Fuente: Publico.PT