Ocaso

Una pequeña que mira curiosamente su alrededor. Un padre que solamente tiene ojos para su hija. Una tía que acaba de conocer a su sobrina.

Foto tomada en un viaje a Pereira, Risaralda. El motivo: visitar a Nelly, quien se ve agachada a pesar de su edad, pero ella no quiere perderse ningún detalle del nuevo integrante de la familia.

Nelly, de 97 años, sigue recibiéndonos con la mayor alegría. Junto a Carmencita nos hace almuerzo, levanta los juguetes de la niña, juega con ella y se esmera en no perderse ningún momento de la visita… la edad nunca ha sido algo que le impida acogernos con la misma energía de hace 10 años. Durante todo este tiempo, la casa de Nelly siempre ha sido un punto de encuentro y unión para la familia.