05/12/2019

Los españoles son los europeos más longevos

Os espanhóis são os europeus mais longevos - Sociedad, envejecimiento

El diagnóstico que la Unión Europea otorga a la salud de los españoles es positivo. Son los ciudadanos europeos que gozan de una esperanza de vida más alta, hasta llegar a los 83,4 años en el 2017, más de dos años por encima de la media de la UE; y, además, se sitúan entre los países con menos muertes por causas evitables y tratables, también muy por debajo de la media europea. Unos objetivos que se combinan con un gasto en sanidad reducido, que supone un 8,9% del PIB, casi un punto por debajo de la media europea. Son las conclusiones recogidas en el Estado Salud en la UE publicado ayer por la Comisión Europea, con datos del 2017.

La esperanza de vida de los españoles ha aumentado desde los 79,3 años calculados en el año 2000 hasta los 83,4 del 2017. Esta subida se produjo principalmente por la reducción considerable de las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, aunque la mortalidad por alzheimer se incrementó a consecuencia del aumento de la esperanza de vida. Esta es la parte negativa que apunta el informe, que gran parte de la vejez se vive con enfermedades crónicas y discapacidades, lo que conlleva también una mayor demanda de los sistemas sanitarios y de los cuidados a más largo plazo.

Un sistema que tiene un costo inferior a la media de la Unión Europea. Si comparamos el gasto por cápita, el de España es un 15% inferior a esta media. Un sistema sanitario basado en una atención primaria, que se considera sólida, aunque se alerta que, visto el aumento constante de enfermedades crónicas, podría requerir más recursos. En concreto, se señala que tras la crisis económica, el gasto sanitario descendió durante varios años, aunque a partir del 2015, se corrigió la tendencia y está al alza.

La previsión es que “en las próximas décadas aumente la presión presupuestaria derivada del crecimiento en las necesidades de atención sanitaria y cuidados de largo plazo debido al envejecimiento de la población”.

Respecto a las tasas de mortalidad evitable, es decir, las que se pueden soslayar a través de la sanidad pública y la atención primaria, las de España son de las más bajas de toda Europa, gracias especialmente a las bajas tasas de mortalidad por cardiopatías, accidentes de circulación y otras muertes accidentales y enfermedades relacionados con el alcohol.

En cambio, las muertes por cáncer de pulmón siguen siendo elevadas, especialmente entre los hombres, lo que certifica la continuidad del modelo histórico de los hombres fumando más que las mujeres.

En cuanto a las causas tratables de mortalidad, las que podrían evitarse vía intervenciones que incluyen diagnósticos y tratamientos, son también bajas, lo que indica que el sistema sanitario español es eficaz para tratar a personas con afecciones potencialmente mortales, como serían los infartos y los ictus.

En este terreno, el informe de Bruselas apunta que podría reducirse la mortalidad disminuyendo factores de riesgo como el tabaquismo y con más tasas de detección. Serviría especialmente para las muertes provocadas por el cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal.

Por otro lado, también se indica que más de un tercio de las muertes en España se pueden atribuir a factores de riesgo en el comportamiento, entre los que destacan el consumo de tabaco, los riesgos asociados con la alimentación, el consumo de alcohol y la poca actividad física. En concreto, en el 2017 al tabaco se le atribuyen el 16% de muertes en España, seguido por la escasa ingesta de frutas y hortalizas y el exceso de azúcar y sal y otros riesgos en relación con la alimentación (12%), el consumo de alcohol (8%) y la escasa actividad física (2%).

Fuente: La Vanguardia