El anciano y los mascarones
En el tiempo de Carnaval, la mascara se transforma en un elemento atemporal. El enmascarado deja atrás su identidad cotidiana y encarna fuerzas, memorias y gestos que nos trasladan a mundos imaginarios. Su máscara no oculta, sino que revela la continuidad de la vida, en un tiempo suspendido, donde pasado y presente conviven en un espacio de fantasía, que muestra la longevidad de la vida que subyace y se desarrolla en esa convivencia entre las diferentes generaciones.

