Jurado de la VI edición del Concurso de Fotografía del CENIE
Hay miradas que no solo observan: revelan. La de Isabel Muñoz pertenece a esa categoría de artistas que han hecho de la cámara un instrumento de conocimiento, de empatía y de transformación. Su obra es una exploración incesante de lo que nos hace humanos —el cuerpo, la emoción, la fragilidad y la fuerza—, una búsqueda que atraviesa culturas, geografías y generaciones.
Premio Nacional de Fotografía en 2016, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Isabel Muñoz ha recorrido el mundo durante más de cuatro décadas con una sensibilidad única para capturar el sentimiento en su estado más puro. De las cárceles a los templos, de las tribus africanas al movimiento de los bailarines, su obra combina una estética poderosa con un sentido profundo de la dignidad humana.
En sus series icónicas —La Antropología de los Sentimientos, Mujeres del Congo, Agua o Infancia—, el cuerpo se convierte en territorio de memoria, resistencia y belleza. Cada fotografía es una declaración: somos seres de emoción, carne y espíritu. Sus imágenes, impresas en platino, parecen respirar; en ellas la piel y la luz dialogan con el alma.
Su trayectoria ha sido reconocida internacionalmente con galardones como el World Press Photo (1999 y 2004), el Premio Bartolomé Ros, el Premio UNICEF a la sensibilización social y el Premio de la Comunidad de Madrid. Sus obras forman parte de colecciones tan relevantes como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Maison Européenne de la Photographie en París o el Museum of Contemporary Art de Nueva York .
Hoy, Isabel Muñoz se adentra en una nueva investigación sobre los orígenes del ser humano a través del arte rupestre paleolítico de Cantabria. Un viaje hacia el principio de las emociones, donde la imagen nace como gesto ancestral y necesidad de trascendencia.
El arte de mirar lo esencial
El universo visual de Isabel Muñoz no distingue entre edades ni geografías: en todas las pieles encuentra una historia, una verdad. Por eso su presencia en el jurado del VI Concurso de Fotografía “La edad no nos define. La mirada sí” del CENIE es una invitación a mirar de otra manera.
En un tiempo que confunde juventud con valor y velocidad con vida, su fotografía recuerda que cada arruga, cada gesto, cada mirada es una huella de existencia. La longevidad, como ella la capta, no es solo tiempo: es experiencia, deseo, resistencia y belleza.
El concurso del CENIE comparte esa misma convicción: la edad no limita la mirada, la amplía. Cada participante, desde su lente y su historia, puede contribuir a construir una nueva narrativa visual sobre lo que significa vivir más y mejor.
Contar con Isabel Muñoz en el jurado es un aval de excelencia, pero sobre todo una declaración de principios: la longevidad también es arte, emoción y sentido.
Una invitación a participar
El plazo para presentar fotografías finaliza el 30 de noviembre. Participar es un modo de formar parte de una conversación colectiva sobre el paso del tiempo, la diversidad y la belleza de las vidas extensas. La presencia de Isabel Muñoz, junto a un jurado de primer nivel internacional, garantiza una evaluación rigurosa, sensible y abierta a todas las miradas.
Porque, como ha demostrado su obra, la cámara no distingue edades, distingue verdades.
“Fotografiar es amar. Es acercarte a la piel del otro hasta sentir su alma”, ha dicho alguna vez Isabel Muñoz. Esa frase podría resumir el espíritu de este concurso: acercarnos, comprendernos, celebrarnos.
El arte, como la longevidad, es un viaje compartido.
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