La jubilación del 'baby boom' a partir de 2025 exige ya reformas en las pensiones
La jubilación de la generación del baby boom (nacidos entre 1960 y 1977 aproximadamente), que comenzará a engrosar la lista de jubilados a partir de 2025, supone otra grave fuente de problemas para las pensiones. Para hacernos una idea, se calcula que en el año 2035 habrá casi 13 millones de españoles mayores de 65 años y más de 15,5 millones en 2050. El retiro de los baby boomers es pues una cuestión económica y social de primera magnitud, de cuya resolución depende en gran medida el sostenimiento del Estado del bienestar, ya que esta generación se creó en España a razón de 650.000 nacimientos anuales.
Además del debate sobre la revalorización de las pensiones, los expertos afirman que es preciso dar respuesta a preguntas clave: ¿se deberían financiar las pensiones parcialmente con impuestos?, ¿sería viable implementar un sistema mixto de capitalización y reparto? ¿se ha de transitar hacia un sistema de cuentas nocionales o debe optarse por un sistema para complementar las pensiones mediante planes privados?
"A nadie le gusta que las pensiones estén congeladas, pero algo hay que hacer para apuntalar las cuentas de la Seguridad Social. Lo sensato sería que, después de las elecciones generales del 28-A, los partidos políticos se sentaran para consensuar una nueva reforma, que permita garantizar que el déficit del sistema se cierre y sea compatible con no congelar las prestaciones", razona José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector del think tank Fundación de Estudios de Economía Aplicada.
Para este investigador, doctor en Economía por la Universidad Carlos III de Madrid, la reforma debería tener tres patas: 1) Aumentar los ingresos del sistema (así se cerraría un tercio del déficit), 2) Rebaja del importe de las pensiones en el alta (habría que decidir a partir de qué generación se lleva a cabo) y 3) En época de crisis no se podría garantizar el poder adquisitivo para la pensión. "Estos tres parámetros hay que estudiarlos bien, ponerles números, modular el ajuste de forma que la carga del ajuste sea solidaria entre las generaciones", explica Conde-Ruiz.
15 millones de jubilados en 2042
La jubilación de los baby boomers disparará el gasto del Estado en pensiones e impactará de lleno en la tasa de dependencia (proporción entre la población dependiente y la activa, de la que aquella depende), hasta el punto de que la ONU estima que la población española de más de 65 años será en 2050 el 34,4% del total, lo que situará a España como el segundo país más envejecidodel mundo (el primero es Japón).
El máximo grado de tensión para la Seguridad Social llegará en 2042, según los expertos, cuando está previsto que se incorporen más de 700.000 pensionistas, lo que llevaría la cifra total a 15 millones (hoy existen 9 millones). Además, si la natalidad sigue plana y no se incorporan inmigrantes, es probable que en esa fecha haya 1,1 ocupados por cada pensionista, una ratio que los economistas consideran insostenible.
Cuentas nocionales: cobrar por lo cotizado
El Banco de España, en su informe de perspectivas económicas de abril, reclama que la reforma del sistema de pensiones introduzca “un mecanismo automático que garantice el equilibrio financiero” y rompe una lanza en favor del sistema de cuentas nocionales, que “incorpora elementos que podrían contribuir a garantizar la necesaria contributividad” del sistema. Las cuentas nocionales, que rigen en Polonia, Suecia o Letonia, son cuentas individualizadas que acopian las cotizaciones de un trabajador a lo largo de toda su vida laboral y los rendimientos de dichas aportaciones a un tipo de interés definido. Hace unas semanas, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ya defendió este instrumento, que ajusta la pensión a lo efectivamente cotizado por cada trabajador.
Si cada trabajador cobrara una pensión acorde con su propia cotización, se rebajaría la factura global del sistema, pues en la actualidad “todas las pensiones son siempre mejores que las cotizaciones que las han causado” y si existe alguna pensión injusta se trata de "aquellas impropiamente concedidas a quienes no han cotizado lo suficiente y han ordeñado el sistema aprovechando sus lagunas”, José Antonio Herce, director asociado de AFI y una autoridad en materia de pensiones.
El sistema de cuentas nocionales es también una alternativa que respalda José Ignacio Conde-Ruiz: "Propicia que trabajes más y permite saber con bastante certeza lo que cobrarás al jubilarte, ya que para calcular el importe de la pensión se tiene en cuenta la situación laboral y las cotizaciones de toda la vida profesional, lo que reduce el riesgo de merma, por ejemplo, en casos de trabajadores despedidos en los últimos años previos al retiro, pues el sistema ahora fija el importe según lo cotizado en los últimos años". El aviso de Conde-Ruiz es claro: "Si no actuamos para controlar el gasto, al final habrá que hacerlo a la griega o a la portuguesa, donde el importe de la pensión ha disminuido el 15%, ya no en el alta, sino que a los jubilados en la crisis les quitaron las extras". Hay que aplicar reformas ya, "para que quienes se retiren en los próximos años vayan preparándose".
Las nuevas altas disparan el coste
El mucho mayor coste de las nuevas altas de jubilación presiona asimismo sobre las cuentas de la Seguridad Social. Tal y como refleja el Informe Económico-Financiero de los Presupuestos de la Seguridad Social 2019, existe una diferencia importante entre la cuantía de las nuevas altas y el importe de las bajas: casi 350 euros a finales de 2017.
Aumentar la edad, 'mochila austriaca' y además...
El baby boom provocará un importante aumento del número de pensionistas en la década de 2035-2045, lo que agravará el problema de nuestro sistema de reparto, ya que "rompe más aún el equilibrio entre las cotizaciones y los perceptores de prestaciones, pero a esta dificultad hay que añadir la baja tasa de natalidad, el aumento de la esperanza de vida y el retraso en la incorporación al mercado de trabajo de los jóvenes, que en muchos casos no empiezan a cotizar hasta los 35 años", advierte Roberto Pereira, presidente de Economistas Asesores Laborales del Consejo General de Economistas. Para este experto, "es inevitable que aumente la edad de jubilación", ya que se calcula que un pensionista consume en unos 10-12 años las cotizaciones aportadas, y ante una esperanza de vida de 80 años, y una jubilación a los 65 años, a partir de los 75 años la persona ya habría cobrado lo que aportó.
Pero esta medida no va a ser suficiente, al decir de Pereira, puesto que "el número de cotizaciones no va a crecer en la misma medida que el número de pensionistas y, además, las carreras de cotización de los jóvenes serán más cortas". ¿Qué solución propone? Entre otras, la mochila austriaca. "Dejando a un lado su utilización como herramienta indemnizatoria para el despido, quiero señalar las ventajas que puede aportar como sistema complementario de la pensión. Partiríamos de que sea obligatoria la aportación al fondo de la mochila para todos los trabajadores, de manera que todos tengan acumulada en ella las aportaciones que correspondan a su vida laboral. Así, con lo acumulado en el fondo, todos los trabajadores verían complementada la pensión", detalla el presidente de Economistas Asesores.
Reto estructural
En opinión de Alfredo Bohórquez, presidente de la Alianza Científico Profesional por el Estado de Bienestar, asociación que agrupa a 14 colegios profesionales y sociedades científicas, “nos enfrentamos a un reto estructural, cuando se incorporen al sistema de pensiones la generación del baby boom; un reto económico determinado porque el 63% de cada euro recaudado por las administraciones públicas se destina a los cuatro pilares del Estado de bienestar; un reto de diálogo civil y político y, finalmente, un reto demográfico inexorable. Para Bohórquez, "es fundamental que el Gobierno promulgue una Ley orgánica de Servicios Sociales", porque la creciente longevidad no solo impacta en las pensiones, sino también en el gasto sanitario y la dependencia.
Fuente: 65yMás