La tecnología es clave para la salud de las personas mayores
En la sociedad actual, sobre todo en el mundo desarrollado, vivimos más y más años. El 13% de la población mundial son mayores de 60 años; para 2050, la población de seniors superará el 25% del total. Como comparativa, tengamos presente este dato: durante muchos siglos de la historia de la humanidad, los seniors suponían tan solo un 4% de la población global. Para mediados de este siglo, seremos uno de cada cuatro habitantes del planeta.
Los medios de comunicación, la publicidad, las marcas, las redes sociales, están obsesionados con los milennialscomo la gran generación disruptiva; sin embargo, la vejez va a tener un impacto mayor en muchos aspectos de nuestra sociedad. Desde Ipsos, a este sector de la población los hemos llamado perennials.
Parece que hay consenso sobre la edad de los milennials, pero ¿cuándo empezamos a ser mayores? ¿Cuándo empezamos a ser perennials? No hay consenso universal, depende del país. Según un estudio realizado por Ipsos, la edad media global donde se considera que empieza la vejez son los 66 años. Sin embargo, si preguntamos a los jóvenes (16-24 años), cualquier persona de más de 55 es considerada mayor. Sin embargo, para los que tienen esa edad, la vejez no empieza hasta bien entrados los 68. Pero también hay diferencias entre países. En España y Latinoamérica, la vejez empieza a los 74 años; como contrapunto, encontramos a Arabia Saudí, donde uno empieza a ser considerado viejo a los 55 años.
Todos los países se van a enfrentar a retos importantes para garantizar que sus sistemas sanitarios y sociales estén preparados para afrontar esta gran revolución demográfica que suponen los perennials. Diferentes estudios indican que la tecnología será la base para alcanzar una óptima calidad de vida. Ocho de cada diez personas mayores de 55 años piensa que la tecnología impactará notablemente en su calidad de vida mientras se adentran en los 70s y 80s. La tecnología les ayudará a sentirse más jóvenes y más satisfechos. Y hay una clara correlación entre sentirse más jóvenes y satisfechos, y sentirse más sanos.
Los desarrollos de salud conectada que ya emergen en nuestra sociedad quieren dar respuesta y cubrir las necesidades de las preocupaciones que plantea la llegada de la vejez, que son: perder agilidad, dejar de valernos por nosotros mismos, la demencia, la pérdida de memoria y la temida soledad: el 25% de la población mundial identifica la vejez con el desamparo. Hagamos un recorrido por las distintas aplicaciones y sistemas que van en esta línea:
- Casas inteligentes. Poder gestionar tu casa con seguridad usando la tecnología, con wearables y sensores in situ, que pueden activar una alarma si sufres una caída, si no te levantas de la cama, si las luces no se encienden o apagan en un determinado momento del día.
- Visita médica remota: sin necesidad de pisar un hospital se puede hacer un seguimiento de tu estado de salud y evolución.
- Sistema de gestión de enfermedades crónicas cuando te han dado de alta en el hospital: de manera remota, se ofrece un portal para gestionar los distintos agentes sociales y de salud que han de cuidarte, sin necesidad de pasarte por un hospital o centro de atención primaria.
- Robótica. Un asistente personal que monitoriza tu salud, ofrece opciones de entretenimiento, sirve de soporte para videollamadas, incluso ayuda a levantarse a los usuarios que tienen dificultades para hacerlo. Y algo que no debemos subestimar, proporciona compañía.
- Realidad virtual. Se está aplicando en el tratamiento de algunas enfermedades, como la gestión del dolor.
- Aplicaciones móviles que te ayudan a potenciar tu actividad física y motriz, así como ejercicios para mantener tus alertas cognitivas.
La industria de la salud y, en concreto, la salud conectada ha de mirar con optimismo esta etapa y velar por un envejecimiento sano y libre, donde las personas puedan alargar al máximo el valerse por sí mismas. La edad de oro de los perennials también será la edad dorada para la industria del envejecimiento sano, activo y tecnológicamente conectado.
Fuente: El País Retina