02/01/2020

Aprendiendo a cuidar

Aprendiendo a cuidar - Sociedad, Salud

Ya seas un miembro de la familia, un vecino o un profesional, ser un cuidador conlleva sus propios desafíos y responsabilidades. No importa el nivel de dependencia/independencia de la persona mayor, se espera que un cuidador esté capacitado para satisfacer esas necesidades a largo plazo. 

 

Como cuidador, tienes que practicar diariamente el acto de poner las necesidades de otros pacientes por encima de las tuyas para asegurar la salud y el bienestar. Cuando esto se combina con el hecho de que estás haciendo la vida de otra persona más fácil y mejor, el cuidado puede ser increíblemente gratificante.

Dar cuidados es un papel exigente que cada vez más personas están asumiendo. Convertirse en un cuidador calificado requiere mucha práctica. Un cuidador calificado aprenderá y comprenderá cómo controlar la propagación de enfermedades, cómo hacer que los mayores se sientan felices a través del desarrollo socio-emocional, cómo manejar el comportamiento infantil de algunos, cómo cuidarlos cuando están enfermos y cómo administrar el tiempo de manera efectiva. Pero ¿qué habilidades se necesitan?

Habilidades de comunicación efectiva

Los cuidadores son fundamentales para la salud de los adultos mayores. Ser capaz de comunicarse bien es la clave de lo decisivo que es un cuidador. Podría ser tan simple como hacer las actividades rutinarias diarias para mantener a la persona en buena salud. 

La mala comunicación no le hará ningún bien ni al cuidador ni a la persona mayor. Incluso podría dañar la relación, especialmente si el adulto mayor es un miembro de la familia o un vecino. Además, hay casos en los que el adulto mayor tiene más de un cuidador. En tales circunstancias, es importante que los cuidadores se transmitan información entre sí. Ya sea que se trate de asuntos tan insignificantes como las necesidades de la cocina o de cuestiones importantes como la salud, los cuidadores tienen que comunicarse entre sí y con las personas apropiadas.

Escuchar es una importante habilidad de comunicación que se fomenta mucho. No tomes decisiones por tu cuenta sin preguntar y escuchar al receptor de tu decisión. Tienes que prestar atención a lo que dice la persona mayor y hacerlo correctamente. A veces, el enfoque no es ni siquiera en lo que ellos necesitan. Se trata mucho más de saber que alguien está listo y abierto a escuchar lo que tiene que decir. Por lo tanto, hay que ser hábil para escuchar.

Empatía

Dedicando tu tiempo a proveer cuidado y apoyo a alguien es una de las mejores cosas en el mundo. Es el acto más desinteresado que alguien puede hacer. Ya has dado el paso correcto para cuidar a la persona mayor. Ahora es el momento de dar un paso más. Tienes que ser hábil en mostrar empatía hacia el adulto mayor que estás cuidando.

Conocer los desafíos y limitaciones de la persona que estás cuidando hará las cosas más fáciles para ellos y mejorará tu relación con ellos. La empatía ayuda mucho a hacer eso. La empatía te da una perspectiva de tratar de ponerse en los zapatos de la otra persona. Ser empático aumentará la calidad del cuidado y la cantidad de tiempo que proporcionas. Esto, a su vez, mejorará la calidad de vida de la persona mayor.

Paciencia

La paciencia mientras se cuida significa que hay que ir más despacio y replantearse lo que se está haciendo en el momento actual. Significa que tienes que pensar en la mejor manera de comunicarte con una persona mayor sin ser condescendiente.

Ponerte a tí mismo como el segundo en tu lista de prioridades no es natural. Sin embargo, tu trabajo como cuidador requiere que tengas la habilidad de ponerte en segundo lugar.

Positividad

Al igual que cualquier otro trabajo, abordar el cuidado con positividad lo hace más fácil. Si no eres una persona naturalmente optimista, es posible que tengas que estar bien capacitado en esta área. La positividad marca una gran diferencia para ti y para la persona mayor. Tu positividad puede contagiar a la persona mayor y puede que empiecen a sentirse muy felices cuando llegues.

Cuando estás feliz y eres optimista, la calidad de la atención que brindarás será mucho mejor que la que brindarás cuando te sienta infeliz o malhumorado. La vida de todos mejorará cuando todos inculquen una actitud positiva.

Habilidades de observación aguda

Se requiere que el cuidador sea hábil en la observación. Esto significa que debes ser capaz de detectar cuándo necesitan atención médica, cuándo necesitan decirte algo pero se sienten reacios, y cuando sólo quieren estar a solas. Debes ser capaz de detectar cuando algo va mal y reportar tales observaciones a la persona apropiada.

Habilidades de lenguaje corporal

El lenguaje corporal es una mezcla de comunicación y observación. Si eres bueno en la comunicación efectiva y tienes habilidades de observación, sin duda entenderás el lenguaje corporal de una persona. Ya sea que estés hablando o escuchando a una persona mayor, debes ser capaz de prestar atención detallada al lenguaje corporal. Muchas veces, las personas mayores no tendrán que pronunciar una palabra. Sólo tienes que obtener una pista de lo que realmente necesitan en ese momento en particular.

Como cuidador, tienes que ser hábil cuando está tanto activo como pasivo. Más aún, el adulto mayor que cuidas podría tener un problema de habla, lo que significa que no pueden comunicarse tan libremente como quisieran. ¿Cómo se resuelve esto? ¿Cómo se les proporciona el máximo apoyo, incluso con este tipo de problemas? Tu capacidad para leer el lenguaje corporal será una excelente herramienta. 

Es importante, a modo de conclusión, decir que la labor de un cuidador exige dedicación y esfuerzo. Que es necesario entender la necesidad de otros pero también las propias. Tu salud no debe ser descuidada, eso es parte fundamental de un buen cuidado.