Los ‘telómeros’, una de las palabras clave en la ciencia del envejecimiento

Se han convertido en el término de moda en la divulgación sobre envejecimiento, pero… ¿Qué son exactamente los telómeros? ¿Podemos hacer algo para mantenerlos y evitar su perjudicial acortamiento? ¿De qué dependen y cómo afectan a nuestro envejecimiento?
Se ha dicho de ellos que son el “posible secreto de una eterna juventud”, un “antídoto contra el envejecimiento” y otras decenas más de prometedoras definiciones. ‘Telómero’ —“extremo de un cromosoma según la definición de la RAE— se ha convertido casi en una palabra común en las secciones de salud de los medios de comunicación.
La investigadora biomolecular española María Blasco, ya exdirectora del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas), es —al margen de las polémicas— una de las máximas especialistas en el tema. Es también una de las autoras del artículo The hallmarks of aging publicado en 2013 en la prestigiosa revista Cell, al que hacíamos referencia en este mismo blog. Una publicación, recordemos, que establecía los nueve indicadores del proceso del envejecimiento, que en una revisión posterior en 2022 se ampliaron y reorganizaron. El desgaste de los telómeros es uno de esos indicadores o señales en los que los investigadores hace años que trabajan.
Blasco ha explicado en numerosas ocasiones que los telómeros, esos extremos del cromosoma, se van acortando poco a poco. “Cuando hay daño celular, para repararlo, a partir de la célula dañada se tienen que generar dos células, copiando el material genético. Cada vez que el organismo se daña, este mismo pone en marcha un proceso de reparación, en el que los telómeros se van acortando”, relataba recientemente.
¿Qué es lo que más afecta para que se produzca el acortamiento de los telómeros? “Depende de cuantas veces se ha multiplicado una célula. Las que se multiplican mucho, acaban teniendo telómeros más cortos. También los pueden acortar substancias tóxicas, como las que hay en el humo del tabaco, o la radiación. No todas las células del cuerpo los tienen de la misma longitud”, nos cuenta el investigador Salvador Macip, director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y catedrático de la Universidad de Leicester (Reino Unido), que investiga las bases biológicas del envejecimiento desde hace más de 25 años.
Según Blasco, cuando los telómeros son muy cortos, “pueden desencadenar el envejecimiento, un mal funcionamiento de las células o que no se regeneren bien los tejidos, se produzcan las enfermedades y, en última instancia, pueden causar la muerte”.
Es decir, los telómeros se acortan con el paso del tiempo y “por eso se han usado como algo parecido a un “reloj” que mide la edad de las células. También hay estudios que relacionan tener los telómeros cortos con una peor salud. Hay gente que se mide los telómeros para saber su “edad biológica” pero la verdad es que es más complicado. Los telómeros son solo uno de los muchos factores relacionados con el envejecimiento”, nos apunta Macip.
¿Mantener o alargar los telómeros contribuye a tener una vida más longeva? Varios estudios recientes en ratones han demostrado que, si se alargan los telómeros, viven más, pero lo cierto es que no sabemos aún si esto funcionaría en humanos. Aun así, “ya hay quien se ha sometido terapias génicas ilegales con este objetivo, cuenta Macip, haciendo referencia, por ejemplo, a la rocambolesca historia de la empresaria estadounidense Liz Parrish. “También se ha descubierto —apunta Macip— que parece que más que la longitud absoluta, lo que importa es lo rápido que se acortan estos telómeros”.
En cuanto a los últimos estudios sobre la cuestión, parece que la actividad física tendría un efecto positivo en la tasa de acortamiento de la longitud de los telómeros, según un metaanálisis de 49 estudios, publicado en 2022. “El tipo y la duración del ejercicio para una mejora positiva en la longitud de los telómeros es el ejercicio aeróbico durante más de 6 meses”, concluyeron los autores del trabajo. Descanso, hidratación, alimentación adecuada y eliminación del estrés serían otros aspectos clave que contribuyen a la longitud de los telómeros.
Según Macip, “lo único que sabemos que puede ser útil —contra el acortamiento de los telómeros— es evitar la exposición a los tóxicos y a todo lo que genera un estrés en el organismo. Mantener un peso adecuado, seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio de manera regular es la mejor receta”.
Más que pensar en telómeros, autofagia o mitocondrias, en esos hallmarks o indicadores de envejecimiento, estaría bien poner nuestro foco en cuidarnos y vivir de la forma más saludable posible. Porque seguro que todos y cada uno de nuestros indicadores mejorarán globalmente si mejoramos nuestros hábitos.