Grandes ciudades: por qué el age-friendly es bueno para todos
Las ciudades son un gran lugar para los jóvenes, pero también son lugares maravillosos para pasar toda la vida. De hecho, cada vez más gente se queda en las ciudades para siempre y disfruta de su jubilación en un ambiente vibrante. Como resultado, las ciudades se están tomando en serio la “amistad” con los mayores. Necesitan proporcionar a los residentes perspectivas reales que se extienden hasta los años dorados.
En todo el mundo, el número de personas mayores de 60 años se duplicará de 600 millones a 1.200 millones en 2025. Y con más de la mitad de la población mundial viviendo ya en ciudades, es imperativo que los centros urbanos cuiden de manera ejemplar a sus mayores si quieren seguir siendo lugares atractivos para vivir. Mientras que la asistencia sanitaria y la vivienda son importantes, es esencial asegurar que nuestros adultos mayores sigan siendo participantes activos en sus comunidades.
Una preocupación mundial
Con su política de envejecimiento activo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está "optimizando las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen". Según la OMS, muchas personas mayores “urbanitas” viven en espacios que no fueron construidos teniendo en cuenta sus necesidades únicas. Esto, a su vez, limita su movilidad y su capacidad de participar en sus comunidades.
La iniciativa abarca los factores clave de la independencia, la participación, la dignidad, el cuidado y la realización personal. La OMS se centra en las ciudades, porque éstas cuentan con los recursos necesarios para garantizar entornos favorables a las personas de edad y pueden servir de ejemplo positivo para otras comunidades de sus regiones.
Conectividad sin barreras para la inclusión social
El requisito previo más fundamental para la inclusión social es la conectividad sin barreras. En algún momento de la vida de muchas personas, las escaleras se convierten en un obstáculo insuperable. En ese punto, incluso las escaleras mecánicas pueden resultar difíciles.
Por lo tanto, es importante integrar soluciones que ayuden a las personas a desplazarse sin ser bloqueadas por escaleras y bordillos de calle. Aunque las rampas son una solución muy obvia y sencilla, a menudo se olvidan en los espacios públicos de todo el mundo. Los ascensores, por el contrario, son normalmente estándar en cada nuevo edificio público y privado, pero aquí el problema es a menudo que no hay suficientes ascensores.
Un enfoque sin barreras ayuda no sólo a las personas mayores, sino también a las personas con movilidad limitada, a los padres con cochecitos de bebé y a los servicios de entrega de paquetes. Y no hay que olvidar otras opciones, como los elevadores de sillas y plataformas elevadoras, que ayudan cuando las rampas o los ascensores resultan inviables.
El transporte público
Los sistemas de transporte público deben ofrecer una variedad de opciones, como trenes, metros, tranvías y autobuses. Todos ellos pueden hacerse más cómodos para las personas de edad, proporcionando asientos reservados para ellos y las personas con movilidad limitada o reducida.
En el caso de las estaciones de metro, es fundamental que estén equipadas con un número suficiente de ascensores, no sólo para las personas mayores sino también para evitar problemas como caídas que pueden resultar en problemas realmente graves.
¿Los bancos estimulan la movilidad?
Es un hecho poco conocido que los bancos públicos mejoran la movilidad de los más mayores. Las personas de más edad suelen ser perfectamente capaces de caminar largas distancias, pero necesitan la oportunidad ocasional de descansar. Si saben que un parque en particular tiene muchos bancos, es mucho más probable que pasen más tiempo al aire libre.
Age-friendly = bueno para todos
Las iniciativas de apoyo a las personas mayores generan beneficios para personas de todas las edades. Los aspectos de aire limpio y medio ambiente saludable de la iniciativa de la OMS Ciudades Amigas de la Tercera Edad beneficiarán a todos, en particular a los niños y a las personas con enfermedades respiratorias. Los aspectos de seguridad y protección ayudan a garantizar entornos favorables a la familia. Y, por último, la creación de ciudades sin barreras ayudará a mejorar la movilidad de muchos ciudadanos.
En conclusión, las ciudades que se esfuerzan por cumplir las directrices de la OMS relativas a las personas de edad serán, sin duda, amigables para todos.