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La Bitácora del CENIE: registrar hoy lo que será el legado de mañana
Hay proyectos que no solo comunican, sino que perduran. En 2025, la Bitácora del CENIE se ha consolidado como uno de esos espacios: un cuaderno de navegación para la transición hacia sociedades longevas, un lugar donde la ciencia, la reflexión y la comunidad se encuentran para preguntarse —y responder— cómo vivir mejor en un mundo que cambia.
Cuando se inauguró, su propósito era sencillo y ambicioso a la vez: abrir una conversación sostenida sobre la longevidad. No un boletín técnico ni un medio divulgativo al uso, sino un foro donde adoptar una mirada más amplia sobre lo que significa “vivir muchos años”. Hoy, esa conversación ya se ha hecho materia. Cada artículo publicado en 2025 ha contribuido a ampliar la comprensión pública de la longevidad, ese fenómeno complejo que hoy condiciona la realidad demográfica, social y económica.
Un año de voces, ideas y brújulas
En su más reciente itinerario, la Bitácora ha publicado textos que recorren todos los grandes ejes de la acción del CENIE: desde la “Economía de los Cuidados”, que plantea el valor social del cuidado como pilar económico y ético, hasta la “Esperanza de Vida Saludable”, que nos enseña a mirar más allá de la edad cronológica y atender al bienestar real. También ha abordado desafíos como la acción comunitaria frente a la soledad, la innovación en longevidad, el papel de la tecnología en la vida larga, el sentido del trabajo en sociedades que viven más, y la cultura, los vínculos y la ciudad interpretados desde la larga duración.
Los autores que han participado son de perfiles variados: investigadoras, economistas, filósofas, profesionales de la salud, jóvenes doctores y también personas mayores que relatan su experiencia vital. Esa pluralidad le da a la Bitácora un carácter de voz coral y con propósito, y no de monólogo institucional. Es, en buena medida, la gran virtud que la convierte en un recurso valioso tanto para la comunidad científica como para la sociedad general.
Una voz coral y con propósito
La Bitácora del CENIE no tiene una sola firma ni un solo tono. Sus textos nacen del diálogo entre el conocimiento científico que genera el CENIE y la necesidad de traducirlo a un lenguaje asequible, fluido y movilizador.
Más que una bitácora de datos, es memoria y brújula: recoge lo que aprendemos y orienta hacia lo que debemos comprender. Su virtud radica en que los temas tratados no caducan con el año, sino que se acumulan como capas de una conversación que avanza sin prisa, pero con dirección.
El público lector también lo ha entendido: la Bitácora ha logrado atraer a investigadores, estudiantes, profesionales, responsables de políticas públicas y ciudadanos interesados en repensar la vida larga. No solo buscan titulares, sino comprensión. No quieren escapar al envejecimiento: quieren aprender a convivir con él con más inteligencia, más comunidad, más sentido.
Longevidad Consciente: la mirada que nos une
En la raíz de todo lo que escribe y publica el CENIE late una misma idea: la Longevidad Consciente.
No es un concepto abstracto, sino una forma de entender nuestro tiempo. Supone mirar la vida extendida no como un hecho biológico inevitable, sino como una posibilidad cultural y ética. Significa reconocer que vivir más años no garantiza, por sí solo, vivir mejor; que la verdadera conquista está en aprender a dar sentido a ese tiempo añadido, a convertirlo en bienestar, conocimiento y vínculo.
Desde esa mirada, La Bitácora del CENIE se ha convertido en un espacio de pensamiento compartido donde la longevidad deja de ser un tema y se transforma en una conversación. Una conversación que incluye la salud, la economía, el cuidado, la ciencia, la educación, la cultura y la convivencia, pero que sobre todo trata sobre la manera en que queremos vivir juntos.
La Longevidad Consciente nos invita a anticipar el futuro en lugar de temerlo; a cuidar de las generaciones mayores mientras preparamos el bienestar de las que vendrán; a combinar prevención y propósito, conocimiento y sensibilidad. Es una ética de la responsabilidad compartida que atraviesa cada proyecto del CENIE y cada texto de su Bitácora.
Por eso, más que un medio de comunicación, la Bitácora es un espacio de conciencia colectiva: un lugar donde la reflexión se convierte en acción y la palabra en cuidado. En cada publicación late la voluntad de comprender que la longevidad no es un problema que gestionar, sino una oportunidad que aprender a habitar.
Ciencia, cultura y sociedad
El valor de la Bitácora no radica simplemente en su calidad literaria o científica, sino en su capacidad de tejer conexiones. Entre disciplinas, generaciones, territorios. Es el punto de encuentro entre los proyectos del CENIE —como IBERLONGEVA, la Economía de los Cuidados, SOLiEDAD, la Longevidad Saludable— y la sociedad que los hace posibles.
A través de sus artículos, los hallazgos de la ciencia encuentran eco emocional y social: se transforman en narraciones que orientan el debate público y enriquecen la comprensión colectiva.
De esta forma, la Bitácora cumple una función fundamental dentro del ecosistema del CENIE: dar alma al dato, traducir la investigación en conversación, la estadística en historia, la evidencia en propósito.
Un legado en marcha
Toda bitácora es, al fondo, una forma de memoria. Pero también de futuro. Los textos que hemos publicado este año son el registro de un tiempo que no volverá y la semilla de uno que está por venir.
Sirven como testimonio de una comunidad que piensa, siente y actúa sobre la nueva era de la longevidad. Y al mismo tiempo cumplen como archivo disponible para los investigadores del futuro, para los responsables de política pública, para la ciudadanía que quiera aprender qué significa vivir más.
La Bitácora del CENIE no es solo un archivo digital: es una construcción viva, un espacio donde cada artículo deja una huella, y donde la palabra se convierte en herramienta de transformación.
Y en 2025 ha demostrado que escribir también es una forma de cuidar. Que comprender es una forma de prevenir. Que conversar —de manera libre, serena y profunda— puede ser una forma de construir salud colectiva.
En ese sentido, más que un cierre de año, esta publicación es un punto de partida. Porque registrar hoy lo que vivimos es, en realidad, preparar el legado de mañana.