Las pensiones en el futuro ¿Realidad o ficción?
El debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones deja un dato preocupante y que no podemos ignorar: el rendimiento de las pensiones va a caer significativamente durante los próximos años. En 2025, la pensión corresponderá a menos del 45% del salario y en 2060 a poco más del 30%.
El sistema de pensiones es presionado por el envejecimiento de la población, la reducción de la fuerza laboral y las dificultades de la economía. Una de las consecuencias de esta presión es que, quien se jubile de 2025 en adelante, tendrá que vivir con una pensión que corresponderá a menos de la mitad del salario que recibía cuando estaba en activo. En un momento en el que vuelve a estar en debate la sostenibilidad económica de la Seguridad Social, la gran duda es: Las pensiones en el futuro ¿Realidad o ficción?
Los datos del Ageing Report, un documento divulgado recientemente por la Comisión Europea, muestran que, cuando se compara el valor bruto de la pensión con el último salario, los recortes que se derivan del funcionamiento del sistema, tal como está construido a dia de hoy, ya son significativos.
España
El tema de las pensiones no es un tema que se puede olvidar. Según un informe presentado por VidaCaixa, para el 70% de los españoles la pensión representa su única fuente de ingresos después de jubilarse y pese a que desde las altas esferas se garantiza el futuro de las mismas, existen recortes importantes en el horizonte.
José Ignacio Conde-Ruiz, de la Universidad Complutense de Madrid, redactó hace poco más de un año, un artículo en una publicación periódica del Instituto de Economía de Barcelona (IEB), donde alertaba de que en veinte años el jubilado podría perder hasta el 40% de su poder adquisitivo.
Por otro lado, la OCDE lleva tiempo alertando sobre el hecho de que en España el futuro de las pensiones corre un grave peligro, por lo menos las pensiones “decentes”. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), coloca su foco en el desempleo y en el acelerado ritmo de envejecimiento de la población, haciendo notar que los primeros son un grupo particularmente vulnerable debido a los menores periodos de cotización, que se traducen en menores derechos de pensión. Los responsables del estudio destacan la alta tasa de desempleo que sufre el país (dobla la que había antes de la crisis) y que la tasa de actividad, o sea el porcentaje de personas con trabajo respecto a las personas en edad de trabajar, es a su vez bastante inferior a la media. Algo que pone en peligro todo el sistema de pensiones actual.
Cuestionado sobre el tema, Ángel de la Fuente, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) lo resume de la siguiente manera: “Hay muchas vías de ajuste, con dos márgenes principales: retrasar la edad de jubilación y que la gente trabaje aunque estén jubilados. No hay una solución mágica, sencilla y única”, asegura.
Portugal
Portugal no se escapa a esta situación. Para Pedro Marques, economista y ex secretario de Estado de la Seguridad Social, la adecuación social de las pensiones es la gran cuestión que emerge del drama demográfico que atraviesa el país y que el informe de la CE confirma. "El mayor desafío es la cuestión de la adecuación social de las pensiones", alerta. “Es ahí donde hay que tomar medidas y ellas no pasan por más cortes ni por cambios radicales en el sistema”, defiende.
Portugal, es un país en el que se proyecta un aumento bastante pronunciado en el porcentaje de la población de edad avanzada frente a la población en edad de trabajar. En 2013, el número de personas mayores de 65 años equivalía al 29,8% de la población entre los 15 y los 65 años, un valor muy próximo a la media de la zona euro que es del 29,3%. Pero este indicador se elevará al 63,9% hasta 2060, mientras que en la zona euro se situará en torno a los 51,1%.
Para Pedro Marques es fundamental tomar medidas en el marco del sistema de pensiones en vigor, diversificar sus fuentes de financiación, trabajar del lado del crecimiento económico y del empleo para mantener a las personas más tiempo en el mercado de trabajo, y favorecer la conciliación entre vida profesional y familiar, con el objetivo de promover la natalidad. Al mismo tiempo, "hay que tomar medidas para reforzar los ahorros complementarios, tanto en regímenes públicos o en regímenes privados, que permitan colmar el reducido valor de las pensiones”, añade.
Entonces, ¿es un problema sistémico o de coyuntura?
La sostenibilidad económica depende de la evolución combinada de varios factores, que van mucho más allá de la edad de la jubilación y de las condiciones de acceso a la pensión. Es necesario mirar la tasa de natalidad, la esperanza de vida media, la proporción de dependencia entre activos y pensionistas para el mercado de trabajo y para la evolución de la economía y la productividad del trabajo.
La complejidad del sistema hace que el debate en torno a la sostenibilidad sea difícil. Algunos argumentan que el problema es temporal y que los niveles récord del paro no ayudan, a los que hay que añadir el envejecimiento poblacional. Otros entienden que el problema es sistémico y que hay que cambiar profundamente su lógica.