23/08/2019

Campo o ciudad: la dicotomía del envejecimiento

Campo o ciudad: la dicotomía del envejecimiento - Sociedad, Salud

El envejecimiento de la población es una realidad innegable. Cambios como éste pueden tener un impacto geográfico importante y, en este caso, pueden conducir a una mayor división entre las zonas urbanas y rurales. Si esto ocurriera, ¿cuáles serían las consecuencias para la vivienda?

Como nación estamos viviendo más tiempo, y esto nos afectará a todos dondequiera que vivamos. Sin embargo, es probable que la composición de la población de las zonas urbanas y rurales cambie de diferentes maneras. Aunque tendremos que adaptarnos al envejecimiento de la población en todo el mundo, incluso en nuestras ciudades, la edad media de las poblaciones rurales aumentará más que en las zonas urbanas.

Hay que asumir que dentro de 20 años, la composición de nuestra población será muy diferente. La vivienda y el alojamiento de las personas mayores es ya una cuestión apremiante, con costes prohibitivos para el cuidado institucional y una tendencia a ayudar a las personas a permanecer en sus hogares. Pero esto no es nada comparado con lo que está por venir. 

¿Qué significa esto para las necesidades de vivienda?

Estos cambios crearán necesidades de vivienda muy diferentes en diferentes del país, eso está claro. En términos de nuestra población urbana, las zonas económicamente prósperas como Madrid y Barcelona, por ejemplo,  así como las grandes ciudades como Valencia y Bilbao, probablemente se enfrentarán a una creciente demanda de viviendas para todos los grupos de edad. Muchas personas que viven o necesitan trasladarse a estas zonas ya se enfrentan a graves problemas de asequibilidad y es probable que estas presiones se mantengan. Por lo tanto, la provisión de viviendas asequibles en zonas urbanas centrales y bien conectadas será uno de los principales retos para mantener la diversidad social y garantizar que las personas con ingresos más bajos puedan vivir allí.

Es probable que en las zonas rurales se produzca un aumento mayor de la demanda de viviendas por parte de las personas mayores. El envejecimiento de la población significa que un número creciente de personas necesitará hogares que reflejen sus necesidades cambiantes. Esto supone un reto: hacer las adaptaciones adecuadas en las viviendas existentes para garantizar la accesibilidad. También destaca la necesidad de construir más viviendas nuevas para atender las necesidades de una población de edad avanzada y ayudar a las personas a llevar una vida independiente y saludable.

Envejecer en la ciudad

Las ciudades no siempre parecen ser los lugares más amigables para la tercera edad. Baños públicos en los que pocos se atreven a entrar, alumbrado público apagado por los ayuntamientos, carreteras atascadas de coches, el miedo a la delincuencia callejera. Sin embargo, cada vez hay más pruebas que sugieren que a medida que nuestra población envejece, las ciudades podrían ser el mejor entorno posible para las personas mayores.

Envejecer en el medio rural

La inseguridad financiera es una barrera para las poblaciones rurales, y muchos adultos mayores tienen la carga del coste de pagar por su vivienda, específicamente. Las personas mayores que no pueden permanecer en sus propios hogares por razones físicas o financieras tienen menos opciones de vivienda y alquiler que las personas mayores que viven en áreas urbanas. Los mayores del medio rural que alquilan su vivienda son más propensos a experimentar problemas con la asequibilidad de la vivienda que aquellos que son dueños de sus casas. Esto puede dificultar la continuidad en su comunidad a medida que envejecen.

Otra consideración importante es el acceso al transporte. En las comunidades rurales, el coche privado suele ser el principal medio de transporte utilizado. Sin embargo, a medida que los adultos mayores hacen la transición del asiento del conductor al del pasajero, deben considerar cómo van a viajar a las citas médicas, hacer la compra y llevar a cabo otros desplazamientos. La conectividad social se asocia con resultados de salud positivos.

¿Qué se puede hacer para mejor las condiciones de estos adultos mayores?

1.  Crear opciones de vivienda para adultos mayores.

Es importante contar con viviendas para personas de la tercera edad para diferentes niveles de atención, registros formales, proximidad al centro de la ciudad, opciones de comidas y un espacio común para apoyar la interacción social.

2.  Desarrollar entornos seguros y de fácil movilidad.

Aceras y caminos seguros, puertas automáticas, espacios de aparcamiento para discapacitados y rampas de las escaleras, son sólo algunas cosas que se pueden hacer para facilitar la vida de aquellos que viven en el medio rural.

3.  Establecer clubes de acondicionamiento físico para adultos mayoresr

Es fundamental para las personas mayores de las zonas poder disfrutar de la buena forma física con sus compañeros para apoyar la interacción social, la motivación para hacer ejercicio y la seguridad de las lesiones.

4.  Organizar quedadas.

Para los mayores la interacción social es algo vital. Una buena idea es reunir a horas y lugares determinados un grupo de interesados para tomar un café o simplemente conversar.