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13/12/2025
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Economía de los Cuidados: construir el cuarto pilar del bienestar

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Hay ideas que no solo cambian la forma de pensar, sino la manera de vivir.

 

Entre todas las investigaciones desarrolladas por el CENIE, pocas encarnan con tanta claridad la transformación social que acompaña a las sociedades longevas como La Economía de los Cuidados.

 

Este proyecto, dirigido por los economistas Ignacio Álvarez Peralta (Universidad Autónoma de Madrid) y Jorge Uxó González (Universidad Complutense de Madrid), se ha consolidado en 2025 como una referencia internacional sobre cómo modernizar el Estado del Bienestar e incorporar un nuevo pilar estructural: el Derecho al Cuidado.

 

La investigación parte de una convicción compartida: una sociedad longeva no puede sostenerse sin una red de cuidados sólida, equitativa y digna. Cuidar no es un acto privado; es un bien público, un derecho humano y una inversión estratégica para el futuro.

 

El reto de nuestro tiempo

 

Durante el siglo XX, los Estados del Bienestar se levantaron sobre tres grandes pilares —salud, educación y pensiones— que garantizaron seguridad y progreso.

 

Pero ese modelo nació en un tiempo más corto, en una sociedad más joven. Hoy, cuando la esperanza de vida supera los 83 años en España y los 81 en Portugal, esa arquitectura ya no basta.

 

El proyecto del CENIE demuestra que la longevidad sin cuidados es una promesa vacía.

 

España invierte apenas el 0,75 % del PIB en cuidados de larga duración, la mitad que la media de la OCDE, y eso genera desigualdades profundas: mujeres sobrecargadas, hombres desatendidos, empleos invisibles, dependencia familiar.

 

Modernizar el bienestar implica reconocer que cuidar, recibir cuidados y poder conciliar son derechos, no privilegios.

 

Como afirma el equipo investigador: “Si el Estado del Bienestar nació para reducir desigualdades, el Derecho al Cuidado es la pieza que faltaba para completarlo.”

 

El equipo que lo impulsa

 

El estudio reúne a un grupo excepcional de especialistas que representan una mirada plural y comprometida.
Además de los investigadores principales Álvarez Peralta y Uxó González, el equipo está formado por Ricardo Molero Simarro (UAM), Elia Gómez Castro (Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía), Laura Pérez Ortiz (UAM), Raúl del Pozo Rubio (UCLM), Fernando Bermejo Patón (UCLM) y Paloma Villanueva Cortés (UCM).

 

Un equipo interdisciplinar que combina economía aplicada, análisis social, políticas públicas, género y evaluación económica, con un objetivo común: medir y demostrar que invertir en cuidados es rentable económica y socialmente.

 

Medir lo invisible

 

Uno de los aportes más poderosos del proyecto es su trabajo sobre la cuantificación de lo invisible: ese universo de tareas no remuneradas que sostienen la vida cotidiana.

 

Según las estimaciones de Paloma Villanueva, más de 1,6 millones de personas cuidan de forma informal en España, realizando alrededor de 125 millones de horas de trabajo a la semana.

 

Traducido a valor económico, ese esfuerzo equivaldría a casi el 8 % del PIB nacional.

 

Esa realidad plantea una pregunta ineludible: ¿cómo puede un país sostener su bienestar ignorando la base sobre la que se construye?

 

El proyecto responde con datos y propuestas: reconocer, profesionalizar y dignificar los cuidados. Formalizar una parte de ese trabajo generaría empleo estable, ingresos fiscales y mayor equidad de género.

 

Cuidar no empobrece a un país; lo enriquece.

 

La brecha de los cuidados

 

La investigación, con aportaciones de Ricardo Molero Simarro, ha definido con precisión la llamada care gap o brecha de los cuidados insuficientes.

 

En España, dos de cada tres personas dependientes no reciben apoyo adecuado del sistema público.

 

De quienes sí lo reciben, una de cada cuatro considera que la ayuda es insuficiente.

 

La brecha es doble: absoluta, para quienes no reciben ningún cuidado, y relativa, para quienes lo reciben en menor intensidad o calidad.

 

El estudio muestra que los hombres mayores padecen más carencias en los cuidados formales, mientras que las mujeres soportan la sobrecarga de los cuidados informales.

 

Ambas caras de la desigualdad forman parte del mismo problema: la ausencia de un sistema universal de cuidados de larga duración.

 

Cuidar también es trabajar

 

La economista Laura Pérez Ortiz ha documentado la precariedad laboral del sector: un 84 % de mujeres, un 22 % de trabajadoras migrantes y hasta un 36 % de empleo no declarado.

 

Las largas jornadas, los salarios bajos y los riesgos físicos y emocionales son el reverso de un trabajo esencial para la sociedad.

 

Profesionalizar el cuidado —mejorar las condiciones laborales, garantizar formación, derechos y carrera profesional— no es solo justicia social: es una política de Estado inteligente, generadora de empleo no deslocalizable y de alta rentabilidad social.

 

De la evidencia al impacto

 

El equipo ha desarrollado una Matriz de Contabilidad Social (MCS) que permitirá estimar el impacto económico de la nueva economía de los cuidados: producción, empleo, renta y retornos fiscales.

 

Este modelo —basado en la metodología Input-Output— medirá cómo cada euro invertido en cuidados se multiplica en la economía, generando crecimiento y cohesión.

 

Los avances de 2025 apuntan a un hallazgo prometedor: por cada euro destinado a los cuidados, la sociedad recupera más de uno en bienestar, empleo y recaudación.

 

Por primera vez, el cuidado se analiza no como gasto, sino como inversión estratégica, tan estructural como las infraestructuras físicas o la innovación tecnológica.

 

Un cambio cultural y político

 

El proyecto Economía de los Cuidados no se limita a los números.

 

Es también un manifiesto sobre la dignidad, la interdependencia y el sentido del progreso.

 

Reivindica que el bienestar no se mide solo en términos de PIB o productividad, sino en la capacidad de una sociedad para cuidar bien a quienes la componen.

 

Por eso este trabajo se convierte en uno de los Destacados del Año del CENIE: porque propone una renovación del contrato social en la era de la longevidad.

 

Porque ofrece una hoja de ruta concreta para transformar el cuidado en derecho, la equidad en política pública y la vida larga en vida buena.

 

La longevidad será sostenible solo si el cuidado deja de ser invisible.

 

Y esa es la gran lección de este proyecto: que cuidar también es construir futuro.