En la Flor de la Vida - Tulipán

Cada época con sus problemas. Y ésta es particularmente extraña.
Gracias a los avances científicos y a la mejora de las condiciones de vida, se llega a veces a edades avanzadas en buen estado, tanto físico como psicológico. Sin embargo, la sociedad nos empuja fuera cada vez más pronto. La obsolescencia programada no solo afecta a los dispositivos, sino también a las personas.
Ya en mi serie Crisálidas, abordaba el tema de la batalla que libramos entre la idea de un cuerpo soñado y nuestro aspecto físico real. En esta nueva serie, uso las flores para hablar de un desfase entre lo que podría considerarse como «el momento físico óptimo» y «el momento de plenitud personal».
Hablo de mí, de la energía que siento para realizar hazañas insensatas, "a mi edad", sin dejarme intimidar por los prejuicios de mi entorno. También hablo de mi deseo de vivir nuevas experiencias, de mudarme temporalmente a un país lejano, de iniciar una nueva relación de pareja... Sí, "a mi edad".
¿Y si, para continuar con el lenguaje de las flores, se tratara de una segunda o incluso tercera floración?
Sentirme en plenitud, aunque se me considere ya obsoleta.
Sentir mayor capacidad para comprender el universo y mi misión en él.
Sentirme más capaz de amar sin pedir nada a cambio. También de ser amada.
Sentir la energía que me permite ponerme retos insensatos, a mi edad.
Sentirme en La Flor de la Vida y disfrutar de esta nueva floración en mí.
Por cada arruga, una flor. Por cada estigma, un jardín de rosas.
Impresión en Van Dyke y Giclée sobre papel coreano Hanji 40 g.
Formato 18x24 cm
Instalada sobre metacrilato transparente 24x30 cm.
Ejemplar único