Concurso fotográfico

La carrera del tiempo

2025 © Andres Marin

Esta peculiar carrera, cuyos orígenes se remontan al Siglo XIII. se la conoce como “los caballos del vino” .
Una multitud apiñada, se abre como una marea viva para dar paso al caballo veloz que desbordado de fuerza y vertiginosidad, va abriendose camino.
Visto desde arriba, el gentío eufórico, se convierte en un cuerpo único que respira, se contrae y se expande. A medida que el animal avanza al galope, las personas se separan, dejando tras de sí una hendidura luminosa, que traza el surco como una senda fugaz que sólo perdura unos pocos segundos.
Esa apertura del camino, tan nítida en la imagen y tan efímera en la realidad, es como el propio transcurso de la vida: un paso temporal entre quienes nos rodean, como una huella momentánea que se forma y se desvanece .
El instante fotográfico, sin embargo, lo detiene todo. Lo que en la vida fue un destello, en la imagen se convierte en permanencia: la multitud congelada en el gesto de apartarse, el caballo suspendido en su carrera, la brecha abierta como un suspiro detenido en el tiempo que registra el vértigo de la existencia como una forma de expresión organizada que va abriendo el paso de la senda de la vida.

caballos del vino, patrimonio inmaterial, tradición ancestral

Andres Marin

Caravaca de la Cruz Murcia
España