Envejecimiento y transferencias intergeneracionales en Portugal
Portugal es uno de los países europeos donde el envejecimiento de la población es más evidente (ver figura 1). No sólo ha aumentado la longevidad de la población, visible en el aumento de la esperanza de vida al nacer, sino que la tasa de fecundidad sigue siendo una de las más bajas de Europa, muy por debajo del valor de referencia para la renovación de la población.
Este envejecimiento de la población crea tensiones entre las distintas generaciones, especialmente en lo que se refiere al pago de las pensiones o a los costes de la asistencia sanitaria. Las generaciones más jóvenes sienten que no tendrán las mismas oportunidades y protección que las generaciones mayores de hoy. Esta percepción puede o no ser correcta. También es cierto que las generaciones más jóvenes se han beneficiado de una mayor protección y apoyo durante sus primeros años de vida que en el caso de las generaciones mayores de hoy. Además, las generaciones mayores de hoy dejarán activos y recursos a sus sucesores.
Por esta razón, las transferencias intergeneracionales y su evolución en el tiempo son importantes. Este análisis permitirá un mejor conocimiento de la realidad y, como tal, una mejor evaluación de las políticas públicas que afectan a estas transferencias.
Uno de los elementos centrales del proyecto es la consideración de una generación como unidad de observación. En lugar de la confrontación habitual, al mismo tiempo, entre jóvenes, menos jóvenes y mayores, es importante comprender cómo se equilibran las transferencias entre generaciones a lo largo de la vida. No es difícil reconocer que en el momento inicial de la vida, una generación recibe principalmente transferencias de las generaciones que la precedieron: la atención de la salud y la educación, en el componente del gasto público, además del consumo como la vivienda, la ropa y los alimentos, como gasto privado, constituyen transferencias a favor de la nueva generación. Más tarde, esta generación entrará en el mercado laboral y producirá riqueza, y se convertirá en un contribuyente neto para las generaciones restantes, ya sean más jóvenes o mayores. Al final de la vida, la generación ahora mayor será capaz de desconstruir la riqueza, y entonces podrá recibir transferencias de las generaciones más jóvenes. A lo largo de este ciclo de vida, una generación experimentará diferentes posiciones en términos de transferencias intergeneracionales, en un patrón que es fácil de reconocer.
Lo que no está claro, ni es fácil de calcular, es si la posición general de cada generación en este proceso ha cambiado sustancialmente o no. ¿Será la generación nacida en 1960 más receptora/pagadora neta en términos de transferencias intergeneracionales que la generación nacida en 1980? ¿La evolución que se ha producido en Portugal es sustancialmente diferente a la de otros países, como la vecina España? ¿El desarrollo de mecanismos de solidaridad social (como las pensiones) y el desarrollo de los mercados financieros facilitarán estas transferencias intergeneracionales? En caso afirmativo, ¿en qué sentido?
La comprensión de estos mecanismos de transferencia intergeneracional puede dar lugar a una mayor capacidad para crear políticas públicas adecuadas, pensando en términos de efectos a lo largo del ciclo de vida. Los cambios demográficos son lentos, y los cambios económicos, el crecimiento económico y el aumento de los ingresos suelen ser más rápidos. Su interacción genera transferencias intergeneracionales que pueden ser difíciles de interpretar. Este conocimiento puede tener el efecto de mitigar posibles antagonismos entre diferentes generaciones que coinciden al mismo tiempo y, como tal, aumentar la cohesión social de la sociedad portuguesa.