El futuro de nuestra sociedad está en poner el foco en la gente con pasado. ¿Por qué no vemos la madurez de la población como una oportunidad y no como un problema? Vivimos sanos más años, nuestra esperanza de vida crece seis días por año (hoy está en 85 largos para ellas y 81 para ellos, en España) y en nuestros últimos años tenemos tiempo y mayor disposición económica para disfrutar de una vida cotidiana más plena y feliz, que antes en ocasiones despreciábamos. El mundo entero envejece y es momento de abordar las oportunidades de una noticia tan dichosa, pues supone un logro social vivir más y mejor, a pesar de las pandemias.
Así surge la Silver Economy, la actividad económica específica orientada a atender las necesidades y motivaciones de las personas mayores, así como las necesidades de sus familias consecuencia de cuidar a/de ellas. También es la actividad que se ocupa de la transformación de la oferta de las empresas para, con una oferta segmentada y concreta, adaptarse al cambio demográfico. Es entonces cuando hablo de silverización, adaptación de los productos y servicios al público senior.
Por tanto, para las empresas se abren por doquier nuevas oportunidades de negocio. Nuevas oportunidades para mejorar la vida de las personas y ganar dinero.
¿Hay algo más ético y edificante que ganarse la vida generando bienestar? ¿Algo más bonito que combatir el edadismo a la vez que se reconocen los méritos y el agradecimiento de los que nos trajeron hasta aquí?
Las empresas ante los seniors
Envejecimiento activo y mayor calidad de vida son dos objetivos fundamentales. Luchar contra la soledad, retardar la aparición de la enfermedad, cuidar, mimar, mejorar la dignidad, prolongar la independencia y/o autonomía del mayor son los retos de un país y de una estructura empresarial que han de abordar con urgencia inaplazable la oportunidad que es (sin olvidar que es, también, una urgencia en sí misma). Hay que hacer de la necesidad, virtud.
Todos los sectores de la economía se verán beneficiados en la elaboración de productos y prestación de servicios adaptados a/para las personas mayores (salvo aquellas empresas puramente destinadas a targets muy concretos): el sector sanitario, el sector financiero, el sector del ocio y el turismo, el sector de la cosmética y la estética, el sector alimentario, el sector de la movilidad, el sector tecnológico, el sector de la vivienda… Aunque en el top ten de las oportunidades estarán la tecnología aplicada a la salud (telesalud, telemedicina, teleasistencia… debemos acostumbrarnos aún más a escuchar estos conceptos), los productos y servicios financieros orientados a complementar la pensión pública con planes privados y el reenfoque de la actividad “residencial”, con todo tipo de revisadas y nuevas soluciones “habitacionales” para la vida de los mayores.
La salud conectada tendrá un indudable desarrollo en los próximos años, algo que ya estamos viendo que es importantísimo y necesario: urgente. Las soluciones de teleasistencia son fundamentales y su evolución vendrá de la confluencia de las aplicaciones de Big Data, Biometría e Internet de las Cosas.
Además, hay varios factores que deben tratarse a corto plazo:
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La soledad de nuestros mayores: debe trabajarse para lograr que nuestros senior gocen de una integración adecuada en una vida social intergeneracional.
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Las deficiencias sanitarias. Es preciso mejorar la sanidad para/con nuestros mayores. Hay que planificar, modelizar y poner en práctica planes de largo alcance que permitan una calidad de vida óptima y tratamientos de la cronicidad adecuados.
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El impulso de la tecnología, la llamada Age Tech, para beneficio de nuestros mayores. En este punto, aparte de la sanidad conectada que mencionaba antes, también será importante el desarrollo de la domótica y la biometría, que permiten que existan hogares conectados y seguros, con personas que se sienten seguras.
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La disposición de una vivienda digna y segura. Sea el hogar propio, las residencias geriátricas u otro tipo de vivienda, como puede ser el cohousing, debe reunir las condiciones necesarias para que la vida del mayor sea plena y libre de peligros.
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La profesionalización de los cuidados, pues urge tener personas preparadas para mimar a nuestros mayores, pero con criterio “medicalizado”.
Vivir más y mejor. De eso se trata. Y sólo se puede conseguir trabajando desde el enfoque de la Silver Economy.