Derivado de senil e -idad, o quizá tomado del latín científico senilitas.
La senilidad es el deterioro físico y mental que tiene lugar en el proceso de envejecimiento. Durante la vejez el tiempo de reacción se enlentece, las tareas resultan algo más complicadas, se hace más difícil aprender información nueva o recordar nombres y la memoria se deteriora.
«Pese a la senilidad, la madre de Otto seguía viviendo sola. […] Otto ni siquiera sabía que Jorge había empleado a dos asistentas que se turnaban para ocuparse de ella. Lo recibió una de ellas, una mujer jovial de unos cincuenta años que estaba vestida de enfermera […]: ―No se extrañe, doctor, si la señora no lo reconoce, o si se pone a decir boberías. ¡En especial sobre asuntos de religión! Físicamente está muy bien, pero a menudo desvaría (Vázquez Díaz, 2008: 39).
«Aun descartando las condiciones profundas y todavía enigmáticas de la senilidad, se podría preguntar: ¿cómo en un sistema tan sabiamente coordinado como el cuerpo del hombre y de los animales, […] ciertos órganos y tejidos periclitan o se marchitan antes que otros, turbando la armonía del conjunto y provocando la enfermedad y la muerte? ¿Por qué ciertas glándulas de secreción interna se atrofian hasta en plena madurez?» (Ramón y Cajal, 2008: 189).
Deterioro físico y mental que suele sobrevenir en la vejez.