¿Quién es Juan Carlos Izpisua?
Juan Carlos Izpisua Belmonte puede no ser un personaje conocido para todos pero es, sin duda, uno de los nombres que está destinado a entrar en la historia por sus grandes logros y descubrimientos científicos.
Nacido en Hellín, Albacete, Izpisua tuvo de todo menos un camino fácil. Desde ayudar a su madre en el campo, a trabajar como camarero en Benidorm, el bioquímico tuvo tiempo hasta para debutar en el Hércules de Alicante como futbolista. A sus 19 años decidió viajar a Valencia donde inició su carrera en Farmacia, graduándose con honores y dando los primeros pasos de su brillante carrera.
En 1987 se graduó en Bioquímica y Farmacia por la Universidad de Valencia y por la Universidad de Bolonia y tras realizar dos estancias posdoctorales en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg y en la Universidad de California en Los Ángeles, se incorporó en 1993 al Instituto Salk como profesor, donde pasaría a dirigir uno de los equipos de investigación de más alto prestigio en el campo de la biología del desarrollo, y del que es ahora director del Laboratorio de Expresión Génica Cátedra Roger Guillemin.
Pero Juan Carlos Izpisua no sólo aportó sus trabajo de investigación en el nuevo continente. Durante los años 2005 a 2013 fue Director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), un centro donde pudo desarrollar un gran equipo y un gran trabajo en investigación, siempre de la mano de su equipo de La Jolla, en Estados Unidos.
Durante todo este tiempo, el reconocimiento del profesor Izpisua Belmonte no ha dejado de ganar notoriedad y también de progresar en lo que muchos consideran el camino hacía el Nobel.
En 2014, la revista Quo, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Consejo Superior de Deportes, seleccionó a trece científicos españoles reputados a nivel internacional para la primera “Selección Española de la Ciencia”, entre los cuales figuraba el profesor Izpisua. Una lista plagada de grandes nombres para una “Roja” estelar.
No hace falta decir que el currículo del Dr. Izpisua es uno de los más respetados del momento, con más de 400 publicaciones y varios honores y galardones, entre los que se pueden destacar los otorgados por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y el President William Clinton Career Award, el Pew Scholar Award, la Medalla de Oro de la Junta de Castilla-La Mancha, Doctor Honoris Causa por las Universidades de Granada y Murcia (UCAM) y la Cátedra del Premio Nobel Roger Guillemin. También significó una distinción emotivamente importante dar su nombre al Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Izpisúa Belmonte, en su ciudad natal.
Trabajo y más trabajo
Uno de los elementos más destacados de la personalidad y carrera de Juan Carlos Izpisua es su incansable capacidad de trabajo. Es parte del comité editorial de las mejores revistas especializadas y tiene más de 15 patentes, todas en desarrollo de órganos y biología de células madre.
El área de investigación del Dr. Izpisua se centra en la comprensión de la biología de las células madre, el desarrollo y la regeneración de órganos y tejidos. Sus observaciones incluyen descubrir el papel de algunos genes en el patrón y la especificación de las extremidades, así como la identificación de los mecanismos moleculares que determinan cómo los diferentes precursores celulares de los órganos internos se organizan espacialmente a lo largo de los ejes corporales embrionarios.
Durante los últimos años ha realizado descubrimientos seminales en el campo de la regeneración de tejidos y órganos, la diferenciación de células madre humanas en diversos tejidos, las bases moleculares subyacentes al envejecimiento, la reprogramación de células somáticas y la edición genética. Estas observaciones pueden ayudar al descubrimiento de nuevas moléculas, así como tratamientos basados en células específicas para una amplia variedad de enfermedades que afectan a la humanidad.
Cabe destacar que en el mundo del trasplante de órganos, sus contribuciones en la regeneración renal y la creación de estructuras llamadas "mini riñones", que son el futuro de posibles embriones renales, podrían ser muy importantes en el trasplante y en el campo de la regeneración nefrológica.
Finalmente, está tratando de crear órganos artificiales a través de silenciadores e iPs humanos para rescatar genes inactivados. Este es un trabajo extraordinario, en una fase preliminar, que podría cambiar la naturaleza del trasplante si se confirman sus análisis y perspectivas.