Placa es préstamo del francés plaque, del germánico plack- 'aplicar algo plano sobre una superficie'; y senil proviene del latín senīlis, de senex 'hombre viejo'.
Los depósitos de estos materiales de desecho que constituyen las placas seniles, y cuya frecuencia de aparición aumenta con la edad, suelen relacionarse, junto con los ovillos neurofibrilares, con la enfermedad de Alzheimer, a pesar de no estar totalmente claro en qué consiste esa relación. Lo que sí se sabe es que estas placas también aparecen en personas que no están afectadas por la enfermedad y que no presentan deterioro cognitivo, aunque en cantidades menores: cuando aparecen más de cinco placas por mm2 por debajo de los 50 años, más de ocho en personas entre 51 y 65, más de diez en individuos entre 66 y 75 o más de 15 en mayores de 75 años, se considera que puede establecerse el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer.
Placas seniles
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«La densidad de las placas seniles en la corteza se correlaciona muy deficientemente con el grado de demencia: existen enfermedades que presentan densidades de placas por demás considerables y en las que la demencia se ha calificado como moderada, y viceversa. Esa ausencia de vínculo mecánico indica que deben existir complejas relaciones entre la presencia de las placas seniles y la alteración del funcionamiento de las neuronas» (Campion y Hannequin, 2002: 58).
«Esta vacuna es revolucionaria. No ataca a virus o bacterias, sino a una sustancia dañina: el amiloide de las placas seniles. Y no sólo impide que se forme, también lo elimina de los sitios en que se acumulaba. Ésa es la novedad: se vacuna a animales o pacientes con la proteína beta-amiloide, la misma que inicia y desencadena la enfermedad de Alzheimer. Nuestras células defensoras (linfocitos y microglía), sensibilizadas contra esa sustancia extraña, la "devoran" y destruyen. Y la demencia se detiene» (González Maldonado, 2013: 174).
Depósitos extracelulares en la sustancia gris del cerebro formados por neuronas muertas, otras células cerebrales y fragmentos de proteínas tóxicas, conocidos como beta amiloide, que se relacionan con procesos de envejecimiento y de degeneración neuronal.