¿Qué puedes encontrar en el Diccionario de Alzhéimer?

El Diccionario de Alzhéimer es el puente que une a todos aquellos afectados y relacionados con el alzhéimer y las demencias con los términos, conceptos y expresiones que forman parte de este ámbito. Comprenderlos es entender mejor a qué nos enfrentamos. Un espacio vivo y en constante crecimiento, que evolucionará con nuevos términos y expresiones con vuestra ayuda, respondiendo a vuestras necesidades y demandas. Se trata de una herramienta que en ningún caso pretende sustituir las conversaciones con médicos especializados. Para familiares y cuidadores informales puede significar un nexo con un mundo del que desconocen los tecnicismos. Arrojar luz, acompañar en un camino difícil en el que el conocimiento ayuda a tomar mejores decisiones y a mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares.
Este proyecto lo ha llevado a cabo un equipo de filólogos y lexicógrafos de varias universidades y centros de investigación que ha trabajado anteriormente en diferentes proyectos de investigación centrados en el dominio de la lexicografía especializada, particularmente la lexicografía médica. Dichos proyectos, al igual que este, han sido dirigidos por la profesora Bertha M. Gutiérrez Rodilla, de la Universidad de Salamanca (España), dedicada desde hace más de veinte años al estudio diacrónico y sincrónico del lenguaje científico y al lenguaje médico y reconocida por sus publicaciones en dicho ámbito.

función cognitiva

Inglés
cognitive function
Etimología

Función proviene del latín functĭo, -ōnis, y cognitivo del latín medieval cognitivus.

Explicación

Las funciones cognitivas son aquellas desarrolladas por nuestro cerebro —en las que participa la corteza cerebral— para que podamos percibir todo lo que nos rodea y actuar de acuerdo con ello. Son básicas, por lo tanto, para poder manejarnos adecuadamente en nuestro día a día. Hay varias funciones cognitivas y se pueden clasificar de distintas maneras, pero las más importantes son las siguientes: atención y concentración; percepción y reconocimiento; orientaciónmemoria; planificación; lenguaje; cálculo. 

Todas las actividades que realizamos de forma cotidiana requieren de la activación de las funciones cognitivas, por eso es tan necesario que, incluso estando sanos, las mantengamos lo más ágiles posible y que las entrenemos. En la enfermedad de Alzheimer, por ser una enfermedad neurodegenerativa, las funciones cognitivas se ven alteradas, pero siempre en distinto grado de un paciente a otro y de manera muy heterogénea, pues en cada paciente pueden resultar más afectadas unas capacidades que otras.

En el tratamiento del alzhéimer es fundamental evaluar, dentro del deterioro cognitivo que se produce, cuáles son las funciones cognitivas más alteradas y en qué grado lo están para poder emplear la denominada intervención cognitiva, que es un conjunto de métodos y estrategias que buscan mejorar la eficacia del rendimiento mental de los enfermos.

Ejemplos

«Existen trabajos en los que se describe [la reminiscencia] como una actividad muy placentera para los ancianos afectos de demencia, con notable incremento de la interacción interpersonal, pero no existen evidencias concluyentes sobre su efecto en la función cognitiva» (Peña-Casanova, 1999c: 26).

«La mayoría de los estudios han hallado asociación entre ejercicio físico y menor riesgo de demencia, aunque otros no. No está clara la relación causa-efecto, es decir, si participar en actividades físicas mejora la cognición o si los que tienen mejor función cognitiva participan más. Además, podría haber otras variables como posibles niveles de sustancias endógenas que estimulen tanto la actividad física como la función cognitiva» (VV. AA., 2010: 107).

«En el ámbito cognitivo, los síntomas se manifiestan en distintas áreas y diversos niveles de gravedad, según la fase evolutiva y en función de cada caso concreto. En la forma más habitual de la enfermedad se alteran la memoria, la orientación, las capacidades verbales, la función visuoespacial y las capacidades ejecutivas del paciente» (Peña-Casanova, 1999a: 32).

Proceso intelectual por medio del cual una persona percibe su entorno y actúa en consecuencia. Este proceso incluye la recepción, selección, transformación, almacenamiento, elaboración y recuperación de la información.