¿Qué puedes encontrar en el Diccionario de Alzhéimer?

El Diccionario de Alzhéimer es el puente que une a todos aquellos afectados y relacionados con el alzhéimer y las demencias con los términos, conceptos y expresiones que forman parte de este ámbito. Comprenderlos es entender mejor a qué nos enfrentamos. Un espacio vivo y en constante crecimiento, que evolucionará con nuevos términos y expresiones con vuestra ayuda, respondiendo a vuestras necesidades y demandas. Se trata de una herramienta que en ningún caso pretende sustituir las conversaciones con médicos especializados. Para familiares y cuidadores informales puede significar un nexo con un mundo del que desconocen los tecnicismos. Arrojar luz, acompañar en un camino difícil en el que el conocimiento ayuda a tomar mejores decisiones y a mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares.
Este proyecto lo ha llevado a cabo un equipo de filólogos y lexicógrafos de varias universidades y centros de investigación que ha trabajado anteriormente en diferentes proyectos de investigación centrados en el dominio de la lexicografía especializada, particularmente la lexicografía médica. Dichos proyectos, al igual que este, han sido dirigidos por la profesora Bertha M. Gutiérrez Rodilla, de la Universidad de Salamanca (España), dedicada desde hace más de veinte años al estudio diacrónico y sincrónico del lenguaje científico y al lenguaje médico y reconocida por sus publicaciones en dicho ámbito.

terapias no farmacológicas

Inglés
non-pharmacological treatment
Etimología

Terapia se remonta al griego therapeía (θεραπεία) 'cuidado, tratamiento', documentado desde Hipócrates, en el siglo V a. C. A las lenguas romances llegó a través del latín renacentista (therapia), pero no es hasta el siglo XIX cuando su uso se extiende con fuerza en todas las lenguas europeas. Por su parte, el adjetivo farmacológico es, probablemente, un préstamo del francés pharmacologique, ya que el primer testimonio espigado en los textos se localiza en el Sistema de los conocimientos químicos (Madrid, Imprenta Real), traducción de Pedro María Olive de un original francés de Antoine-François de Fourcroy (1755-1809). El término francés pudo quizá proceder del alemán Pharmacologische (o Pharmakologische), atestiguado ya en 1783. Estas voces hunden sus raíces en el griego phármakon (φάρμακον) 'medicamento, veneno'.

Explicación

Las investigaciones más recientes sobre el tratamiento de las demencias demuestran que las conocidas como terapias no farmacológicas, combinadas con el empleo de medicamentos, pueden ser muy eficaces y mejorar el estado cognitivo, físico y funcional del paciente, además de retrasar o ralentizar el avance de la enfermedad, fortalecer su autoestima y, en definitiva, mejorar su estado psico-afectivo y su calidad de vida.

Buena parte de las terapias no farmacológicas se basan en la estimulación de las funciones cognitivas del enfermo. De hecho, la conocida como intervención cognitiva o piscoestimulación es una de las modalidades de terapia no farmacológica.  

Cuanto antes se comience a tratar al paciente de esta manera, mayor será el beneficio. Al no requerir elementos externos como los medicamentos, se tiende a pensar que son inofensivas y que su aplicación es sencilla y sin riesgos. Sin embargo, como cualquier tratamiento, debe ser supervisado por profesionales, y cada caso deberá estudiarse y analizarse antes de proponer cualquier tipo de terapia no farmacológica.

Existen varias maneras de poner este tratamiento en práctica: lo ideal es aplicar a cada paciente la combinación más adecuada de actividades, según el tipo y grado de deterioro que sufre. Esas actividades se basan en la estimulación y ejercicio de diferentes destrezas y habilidades: desde ejercicios cognitivos de todo tipo a tareas que tienen al lenguaje como protagonista, pasando por técnicas de comunicación a través de las sensaciones visuales, auditivas, motoras, tácticles y olfativas, y actividades sociales y psicomotoras. Entre las más comunes destacan el empleo de la música, los animales de compañía, pasear o realizar ejercicios suaves (baile, jardinería, etc.), la asistencia graduada (en función del estado del paciente, aportar la mínima cantidad de ayuda posible), la terapia de reminiscencia, la de orientación a la realidad, etc.

Ejemplos

«En ningún momento ha de considerarse la reeducación a través de las terapias blandas o no farmacológicas un mero juego de niños para mayores o un buen entretenimiento para pasar el día, sino todo lo contrario. Todas las técnicas están basadas en el conocimiento del aprendizaje y el desarrollo psicoafectivo del ser humano y en la capacidad que tiene el cerebro para intercambiar información y restaurar circuitos y funciones que están dañadas e interactuar con el medio externo respondiendo a estímulos o pautas diseñadas a propósito» (Boada Rovira y Tárraga Mestre, 2002: 36).

«Diversas investigaciones avalan que las terapias no farmacológicas, como la terapia ocupacional, unidas al tratamiento farmacológico, consiguen mantener y retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Por consiguiente, nuestro principal objetivo será conservar el mayor grado de autonomía, funcionalidad y calidad de vida posible en la persona con demencia» (Fundación Reina Sofía, 2012: 40).

«Al contrario de lo que sucede con los fármacos, las intervenciones no farmacológicas suelen ser de bajo coste, centrándose el gasto en recursos humanos, y no en el empleo de costosas tecnologías o fármacos» (Olazarán et al., 2010: 13).

Cada uno de los tratamientos no químicos, apoyados sobre una base teórica, que buscan mejorar la calidad de vida del paciente o del cuidador.